"Aquí hay un problema: cómo se comunica Tenerife con las Islas periféricas de la provincia", reflexiona el presidente de la Autoridad Portuaria. Carlos González tiene claro que "Los Cristianos no será la solución nunca". Desde su perspectiva, ni en el actual puerto ni en la localidad se dan las condiciones adecuadas. "Hay que buscar una alternativa, que se llamará Fonsalía o de otra manera, pero hay que buscarla", explica. En todo caso, Puertos de Tenerife está trabajando para hacer posible esa solución, incluso haciendo posible el proyecto de la costa de Guía de Isora.

Carlos González apunta que, independientemente del lugar en el que se emplace definitivamente el nuevo puerto comercial del sur de la Isla, "está en el ánimo de todos, el Estado y la Comunidad Autónoma, que la parte comercial la siga gestionando la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife" que él preside.

"Esa solución hay que buscarla y urge", incide antes de manifestar con contundencia que "Fonsalía es un puerto necesario", pero sostiene que su realización debe producirse "siempre que se cumplan las medidas ambientales, respetando la normativa vigente y la conservación de una zona importante desde la perspectiva de la ecología". En todo caso, "habrá que hacer coexistir los dos ámbitos, hay que encajar el transporte entre Islas. Se puede hacer".

El titular de la Autoridad Portuaria de la provincia defiende que el puerto de Fonsalía "sería el punto de Tenerife que minimice todos los trayectos marítimos entre Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro".

La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, emitió un informe -el 16 de octubre de 2018- contrario a la solicitud -formulada por el Gobierno canario el 30 de enero de 2015- de la adscripción de la zona prevista para construir el puerto. El Ejecutivo regional respondió a dicho informe en julio de 2019, estando a la espera del pronunciamiento definitivo del Gobierno de España.

El 22 de diciembre de 2014, la Comisión de Ordenación del Territorio y el Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) aprobó este lunes la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del puerto de Fonsalía, estableciendo 25 condicionantes, que son los que hoy hacen cuestionar su viabilidad.

Con una superficie de 6,4 hectáreas, el puerto de Fonsalía proyectado contaría con un dique de 739 metros de longitud, cinco atraques para buques comerciales, 470 barcos deportivos y un área destinada a embarcaciones de pesca. Su coste se calcula en unos 200 millones de euros. El proyecto determina que sus usos serán de tipo comercial, deportivo y pesquero, pasando a asumir el tráfico de pasajeros y mercancías interinsular.

Con unos 300.000 metros cuadrados de superficie adscritos a este complejo, el expediente para la construcción del puerto de Fonsalía comenzó en 2001.