Terreno abandonado, una tierra muy castigada por la mano del hombre; maniobras militares, fiestas ilegales multitudinarias, extracciones ilegales de áridos, vertidos ilegales de residuos, pistas abiertas por coches y motocross, edificaciones en ruinas y peligro de derrumbe, caravanas, cientos de tiendas de campaña, excrementos, basuras, plásticos, restos de obra, neumáticos y chatarra; un área para el disfrute de grupos de paintball y paramilitares, una zonas de peligro para turistas accidentales. Así vende la empresa Playa de Arico la situación actual de 1.700.000 metros cuadrados de suelo situado entre Punta de Abona y Abades. "Un enclave singular, situado en la costa suroeste de la isla de Tenerife, en el litoral del término municipal de Arico. Las Islas Canarias están apenas a 4-5 horas de las principales capitales de Europa y Punta de Abona, a 10 minutos del aeropuerto internacional. Es la zona con más horas de sol y viento de todo Tenerife", asegura la sociedad promotora.

Alberto Giacomini llegó a Tenerife en 1975 y compró suelo en este espacio, prometiendo a su esposa que levantaría un hotel en su nombre. El 6 de octubre de 2015 fallecía sin ver cumplida la promesa. Sus nietos deciden desarrollar en su honor el Espacio Punta de Abona y Centro de Arte, Cultura, Naturaleza y Turismo, el que venden como "el proyecto ecosostenible más importante de toda Europa". Una iniciativa que hoy está pendiente de que el Gobierno de Canarias resuelva aspectos técnicos para la segunda puesta a exposición pública del proyecto, referida al del desarrollo urbanístico.

Playa de Arico, S. A. encargó la coordinación del proyecto al estudio Palerm-Tabares de Nava Arquitectos, que organizó para este fin a un equipo de profesionales de varias disciplinas. Son ellos quienes aclaran que el proyecto no contempla actuación alguna en el kilómetro que separa Playa Grande del litoral de Abades por el que discurre el arenal que traslada el viento. Un elemento que empieza a plantearse como esencial para el futuro de esta iniciativa empresarial defendida por el Ayuntamiento de Arico y el Cabildo por sus condiciones ecosostenibles, la economía que generará y el empleo.

El primer proyecto diseñado para esta zona por Alberto Giacomini contemplaba cinco hoteles, un campo de golf de 18 hoyos, centros comerciales y sociales, una iglesia y hasta un pequeño puerto deportivo. Un contencioso con el Ministerio de Defensa -al que adquirió la mayor parte del suelo en 2002- y la entrada en vigor de la moratoria turística desecharon esa idea, reconducida en 2012 a lo que hoy es un complejo de cuatro hoteles de cinco estrellas que albergarán casi 3.000 camas turísticas, a construir en la zona próxima a la autopista, un paseo litoral, un centro de recuperación ambiental, 1.550 empleos directos, 1.700.000 metros cuadrados de superficie y 300 millones de euros de inversión. El tabaibal, además, pasará de ocupar 23 a 50 hectáreas.

Playa de Arico

Eso no es todo. La sociedad Playa de Arico vende que los beneficios que producirá este complejo en su primer año de explotación para el municipio será de 116,3 millones, se alcanzará los 303 millones en el décimo. El proyecto supondrá sumar un 30% al PIB actual de Arico. Todo ello sin profundizar en valores como la autosuficiencia energética en base al agua, el viento y sol.