Este año se les ha unido el programa de celebración del aniversario con el concurso, ¿cómo han compaginado ambas cosas?

Con mucho trabajo y mucho esfuerzo, porque son un montón de actos y todavía quedan unos cuantos de aquí a septiembre.

¿Está repercutiendo a la hora de preparar el concurso en sí?

Sobre todo por el tiempo que solemos dedicar a hacer tocados o los apliques del disfraz y estamos un poco apuradillos con eso. En los ensayos va todo bien, el repertorio está montadito y solo queda aprenderse todo bien, la letra que es lo más que cuesta.

Al margen de eso no hay cambios de relevancia?

No, nosotros somos fieles a nuestro estilo y a nuestra forma de hacer las cosas, intentando mejorarlo. Somos como 30 más que el año pasado, pero es verdad que es gente de la murga que ya estaban conmigo, algunos cuando estaba mi padre y otros cuando yo empecé. Como este año dejo la dirección de la murga quise que ellos estuvieran.

¿Ya abandona la dirección?

Sí, será último año. Es el momento de dejarlo porque la murga también necesita otra cara delante, otra juventud, otra frescura y si encima es mi hijo pues mejor. Si se la fuera a dejar a otra persona igual me costaba más por cómo es este mundo de las murgas, el egoísmo y la arrogancia de ser director que parece que diriges la banca, pero gracias a dios tengo a mi hijo que es como yo, tranquilote, y le apasiona las murgas y seguir el camino que hemos dejado, si no yo, por lo menos el abuelo.

¿Como padre no le preocupa que asuma esa responsabilidad?

No porque seguiré saliendo. Me pasaré a la fila que es lo que siempre me ha gustado y seguiré haciendo todo lo que hago ahora, lo único es que no estaré delante. Además, a él lo conocen todos ya, lo hemos criado en la murga porque lleva al ladito conmigo desde mascota. Encima lo hace bien

Mejor que usted incluso (risas)

Hombre, es que mejor cualquiera, fíjate lo bueno que soy (ríe). Es que nunca me he buscado ningún protagonismo, soy director porque coincidieron las cosas así, porque la murga era de mi padre, pero para mí lo más fácil hubiera sido dejarla.

¿Se arrepiente?

No, han sido 25 años maravillosos en los que he conocido a un montón de gente, porque siempre me he considerado uno más de la murga y por eso me ningunean los jodidos míos. Otros a lo mejor tienen el cuello más estirado, se creen algo más.

¿Vive este año como una despedida?

No porque al pasar la fila no lo veo así. Soy un apasionado de esto, es mi murga, no es una que hayan hecho cuatro amigos sino que es una murga familiar.

Decía antes que se mantienen fieles al estilo trónico...

Nosotros no vamos a cambiar porque no vengan premios o porque nos critiquen cada año, Diablos sigue siendo lo que son, intentando hacer reír, criticar y mejorar en voces, aunque ahora guste más otro estilo. Las murgas que han seguido en paralelo su estilo hemos sido Bambones y nosotros.

Habla de Bambones y Diablos pero son estilos casi opuestos

Ellos tienen su manera de hacer críticas más rebuscadas, de montar tenores allí arriba para dar fuerza a la murga y nosotros somos más de locura y más de vacilón, y cuando tenemos que criticar lo hacemos de diferente manera.

Pocas murgas se lo pasan tan bien como Diablos...

Como murga no creo que tenga la mejor pero sí tengo el mejor grupo.

¿Le falta alguien? ¿A quién ficharía?

No he sido nunca de buscar a aquel porque canta mejor o al otro porque hace buenas letras sino al contrario, prefiero 40 tornillos que vengan a ensayar, que tengan ganas y que pongan voluntad.

¿Han superado aquello de "tienen que desnudarse para ganar"?

Nos han dicho ya tantas cosas: Diablos ganaba por desnudarse, por cantarle a los canariones, por tirar fuegos,? la gente es como es. Cuando no pasábamos a la final y veía desde la grada a esos Mamelucos, Singuangos o Chinchosos pensaba que ojalá uno llegara a triunfar como ellos y hoy en día ya lo que se quiere es machacar a ver si la otra murga se estalla.

Ahora que habla de esas finales en la grada, ¿se imagina vivirlas de pie?

A veces hay cosas que no hacen falta que se cambien. A las murgas quieres ir a sentarte porque si ya ahora la mitad va para fuera imagínate de pie. Tendrás más locura y el que vaya a oír una murga no la podrá escuchar. Los cambios serán buenos o malos cuando se hagan. Lo que sí fastidia más que sean numeradas porque he conocido el caso de una madre que está en una punta y su hija en la otra.