El Parque Nacional del Teide no solo es el mayor y más antiguo de los parques nacionales de España, también es el más frecuentado de Europa. La majestuosidad de sus dos semicalderas, roques y cráteres en la zona más alta del país más allá del mar de nubes y la corona forestal, lo corona dos atractivos que seducen a personas de todo el planeta. La naturaleza ha creado un paisaje lunar que asombra a sus visitantes y, para un selecto grupo de investigadores, se convierte en laboratorio de pruebas de las condiciones del terreno en otros planetas. El hombre ha creado su propia maravilla, un enclave con edificios que trasladan a su visitante a otro mundo, el Observatorio del Teide, el observatorio solar más importante del mundo, que abre sus puertas a una visita guiada diurna organizada por Volcano Teide Experience, en la que disfrutar de un experiencia inmersiva en el epicentro de los mayores telescopios solares.

La visita comienza en el centro del complejo de observación más importante del mundo. Canarias es uno de los tres mejores enclaves para observar el cielo. Su posición en el globo, la altura del Observatorio de Izaña y la calidad del cielo gracias a los vientos alisios, más de 300 días de observación sin nubes y una ley regional que evita la contaminación lumínica que genera la actividad humana. Todos quieren estar aquí y al menos 60 instituciones de 20 países tienen presencia en el centro de observación a cambio de permitir a investigadores españoles el uso de sus instrumentos de primer nivel durante una quinta parte del año. Probablemente los visitantes se crucen con algunos de estos investigadores en un centro en el que se trabaja las 24 horas del día.

Uno de los misterios que se desvelan durante la visita es el motivo de las formas singulares que tienen los edificios en los observatorios astronómicos ya que permiten conocer a simple vista qué tipo de investigación realizan. Las construcciones cuadradas, más parecidas a los edificios convencionales, se destinan a los experimentos; los que poseen una cúpula redonda giratoria, son utilizados en las observaciones nocturnas; el tercer tipo de edificios son las altas torres estrechas utilizadas por los telescopios solares para reducir la distorsión que genera el aire caliente cerca del suelo y también hacer rebotar la luz en el interior del edificio para mejorar sus prestaciones. Al ser la estrella más cercana, se pueden utilizar espejos de menor diámetro que los necesarios para la observación nocturna. Todos pintados de blanco, con escasos ventanales, intentan uno de los enemigos de los astrónomos. El calor genera distorsiones en la atmósfera y, por lo tanto, en la observación que se realiza.

La visita incluye una experiencia inmersiva en el centro de visitantes que permite familiarizarse de forma didáctica con la labor detectivesca de los astrónomos. La luz es su lupa y un poderoso aliado que puede utilizarse de múltiples formas para desentrañar los secretos del Universo de diferentes formas. La sorpresa y la curiosidad tanto en niños como en adultos está garantizada. Durante toda la actividad el experto guía responderá a la infinidad de preguntas que inevitablemente surgen durante la hora y media de actividad.

Uno de las experiencias estrella de la visita al observatorio es poder contemplar directamente el Sol, sus manchas y erupciones con dos telescopios solares profesionales robotizados.