El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Tacoronte Acentejo, que incluye el territorio de nueve municipios del área metropolitana y Acentejo, reconoce que en los últimos tres años se han perdido 300 hectáreas de viñedo en la comarca, el equivalente a 400 campos de fútbol como el Heliodoro Rodríguez López. Esta merma del 27% de la superficie dedicada a la viña en la comarca pone en jaque a un sector lastrado por la falta de ayudas y de relevo generacional, y amenazado por la pujanza de cultivos por ahora muy bien remunerados como el aguacate.

La gerente del Consejo Regulador de la D.O. Tacoronte Acentejo, Mari Paz Gil, subraya que la pérdida de superficie de viñedos es un problema común para todo el sector en Canarias, "que se ha agravado mucho en los últimos años. Ahora vemos a numerosos viticultores que se retiran con más de 70 años de edad que no tienen relevo en sus explotaciones".

El cobro de las ayudas del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (POSEI) se ha regularizado en los dos últimos años, tras una época anterior plagada de retrasos, pero sigue siendo una ayuda insuficiente, sobre todo en una época como la actual, con vendimias y producciones escasas.

Gil tiene claro que el futuro del sector está amenazado y apuesta por tomar medidas urgentes para "frenar el abandono del viñedo". Explica que "se ha puesto de moda arrancar las viñas para plantar aguacateros, pero si se sigue al ritmo actual, el precio del aguacate no va a tardar en caer".

Desde Tacoronte Acentejo se considera fundamental trabajar en "varias líneas de actuación" que cambien esta dinámica. A juicio de Gil, aparte de la mejora de las ayudas y del fomento del relevo generacional en el campo, resulta clave proteger los viñedos inscritos en las denominaciones de origen y mejorar los controles respecto a la uva que llega de fuera y que termina generando una competencia desleal.

En la presentación de la última cosecha, a finales de noviembre de 2019, el sector ya alertó de que la escasez de ayudas públicas y la falta de relevo generacional amenazaban el futuro de la viticultura en Tenerife y en el resto de las Islas Canarias.

Con una reducción en la producción de uva de entre el 30 y el 44% en diferentes comarcas de la Isla, el reto de generar vinos de calidad se ha puesto cada vez más cuesta arriba.

El presidente de la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Tenerife (Viboten), Enrique Alfonso, también subrayaba entonces que la principal amenaza para el futuro del vino en Canarias venía de la pérdida de superficie de viñedos vinculada a la falta de relevo generacional "por tratarse de un cultivo muy sacrificado y muy poco rentable". Consideraba fundamental que se incentivara a la gente joven para que diera continuidad a la actividad.

El alcalde de Tacoronte, José Daniel Díaz (Nueva Canarias), reconocía ayer su gran preocupación por la situación actual del sector vitivinícola: "Somos la ciudad del vino y en nuestro caso la pérdida de hectáreas cultivadas es mayor, y se incrementa la desazón y la falta de confianza en este sector. O le damos un empujón a esto o se va a perder progresivamente".

"Es para preocuparse"

"Si en tres años hemos pasado de 1.100 a 800 hectáreas, evidentemente la situación es para preocuparse", subraya Díaz.

Respecto al relevo generacional, el alcalde destaca que "para que sea posible, es imprescindible que el cultivo de la viña dé buenos resultados".

"Hay bodegas de Tacoronte Acentejo que están bien, que cuentan con la producción que necesitan, pero hay otras, sobre todo las más grandes, que lo están pasando mal porque requieren más producción para lograr un equilibrio económico, conservar los empleos y cubrir los gastos", advierte.

Díaz entiende que arrancar viñas para apostar por los "cultivos de moda" es "peligroso". El alcalde señala especialmente al aguacate: "Cuando se pongan en explotación todas las fincas que se están plantando, su precio va a caer de forma estrepitosa. Este tipo de apuestas pueden salir muy mal".

El fraude del vino

Para el alcalde tacorontero, tras la escasa cosecha de 2019, "el fraude del vino vuelve a estar sobre la mesa". Considera que se deben incrementar los controles, especialmente en los guachinches, porque "ahora hay mucho vino de fuera que entra por el muelle y se vende como vino del país".

"Los controles deben aumentar porque, con la caída de la producción de uva, el precio del kilo ha aumentado y los bodegueros han comprado la uva más cara. Los vinos de aquí tienen ahora un coste mayor y no se puede tolerar la estafa de que se venda vino de fuera como vino del país", sentencia.

La merma de la cosecha fue del 35% en 2019 en Tacoronte Acentejo, donde ya se venía de una cosecha anterior baja. El Consejo Regulador de la D.O. Valle de La Orotava cerró una vendimia con un descenso del 36,8% respecto a 2018.

En la D.O. Ycoden Daute Isora, la vendimia bajó un 44%, y en el caso de Abona la merma fue del 33%. En el Valle de Güímar, la reducción fue mucho menor: apenas el 6%.

El gobierno de Tacoronte (NC-PSOE-SSP) tiene previsto reunirse con responsables del Gobierno de Canarias para que se pongan en marcha "medidas que ayuden a poner freno al progresivo abandono de las fincas de viñedos" en Tacoronte Acentejo y en el resto de comarcas vitivinícolas de las Islas.