"Tenemos que cambiar la filosofía. Nosotros no podemos permitir depurar agua para verterla al mar en unas mejores condiciones sanitarias". Esta reflexión del consejero conlleva el anuncio de que "la idea de esta Consejería insular es la de cambiar el paradigma, dejar de hablar de agua residual y hablar de agua regenerada para que esto revierta en el sector primario tinerfeño y se complete así el ciclo del agua". Javier Rodríguez apostilla que "esto ya se hace en la depuradora de Valle de Guerra, una instalación moderna que genera agua de altísima calidad y con la que los agricultores de la comarca están encantados".

En su análisis, el consejero insular alude a que "en Canarias se crearon, en los años noventa, depuradoras que fueron ideadas en la Península con una carga contaminante determinada. El canario siempre supo conservar y cuidar mucho el agua y hemos ahorrado muchísimo. Estas depuradoras fallaron porque el agua que llegaba a las instalaciones tenía una carga contaminante mucho más alta y por eso, olían".

Rodríguez Medina incide en que "es un despropósito que gastemos dinero, tiempo y energía en depurar agua y después la tiremos al mar. Debemos dejar de hablar de agua residual y hablar de regenerada que revierta en el sector primario. Hay que avanzar en esta idea. El agua debe ser tratada para que sea utilizada en el sector primario. Lo defendemos con pasión e intensidad".