El fenómeno no es nuevo, aunque es verdad que en algunas ciudades europeas se está produciendo el efecto contrario y algunos comercios especializados han ido volviendo a los cascos históricos. Sin embargo, y este periódico lo comprobó ayer, Tenerife y, sobre todo, la zona norte son un fiel reflejo de la concentración de jugueterías, entre otras tiendas, en los grandes centros comerciales. Una visita a las calles céntricas del Puerto de la Cruz, Los Realejos, La Orotava, Santa Úrsula, La Victoria, La Matanza, El Sauzal o Tacoronte, entre otros, permite comprobar cómo casi no quedan jugueterías, salvo algunas excepciones, como la sucursal de Family Toys en el centro comercial Las Pirámides, del Puerto. Sí que hay las ya típicas medianas o grandes tiendas de chinos, que cuentan también con sección de juguetes y que suelen aliviar apuros, pero aquellas clásicas jugueterías casi familiares y en las que, incluso, cabía el "apunte ahí" o el pago a plazos han pasado en gran parte a la historia y se ha impuesto la americanización de Canarias.