El primer canario nacido en 2020 en Tenerife se llama Pedro, como su abuelo, fallecido hace 10 años, cuenta su madre, Baneza, que tiene nombre que rompe normas. "Cuando nací en Bolivia una monja portuguesa o española le preguntó a mi padre cómo me iba a llamar y me inscribió. Luego, cuando mi padre vio cómo me apuntó, le gustó y lo dejó", aunque admite que le ha traído algún contratiempo cuando existe disparidad en la inscripción en los trámites administrativos.

Pedro es el único varón de los ocho primos de familia que forman Baneza y Christiam. Ella, la más pequeña de cinco hermanos y, además, la única chica. Y, sin embargo, también la única que ha dado un varón a su familia. Su esposo, Christiam, es el hermano del medio, junto a una primogénita y luego el hermano pequeño.

Natural de Bolivia, la madre de Baneza se la llevó a Sevilla cuando falleció su padre. Allí estuvo trabajando como cuidadora de cuatro niños. A través de unos amigos comunes, y pese a la distancia, conoció a Christiam. "Una prima me lo presentó; me dijo que vivía en Tenerife y me puso en contacto con este chico, que era soltero. El 15 de junio de 2017 comenzaron a salir, después de que él se trasladara a Sevilla para conocerla. Luego yo lo visité en unas vacaciones de abril de 2018 para ver Tenerife". Justo dos años después de comenzar a salir, contrajeron matrimonio civil en el Ayuntamiento de Icod de los Vinos. Y nada más comenzar 2020 se han convertido en padres, con la llegada de Pedro.

Ayer el primer familiar en ver a Pedro fue su cuñada. La abuela materna está en Sevilla y la paterna, en Valencia, donde fueron para atender a la bisabuela de Pedro. Precisamente ya sacan cálculos y prevén viajar después de febrero a Sevilla para ver a la madre de Baneza; será en febrero, cuando el pequeño ya tenga las primeras vacunas y no haya en la capital hispalense tanto frío.

"Estamos muy contentos, es un niño que ha sido muy deseado", explica Christiam. Basta con ver la fotografía que tiene en su perfil de Whatsapp Baneza que muestra la habitación que desde hace semanas le han preparado: sobre la canastilla o cómoda, una tarta plástica que preside una cigüeña y delante cinco letras que forman el nombre de Pedro, por si había duda. Al lado, otra tarta con magdalenas blancas y azules, entre un tarro y una base de porcelana con jabones, también azules y blancos, junto a un tarro de sales -el color ya lo habrá adivinado el lector- y una cámara de fotos, de la misma tonalidad. En la pared, cinco peleles colgados, cual banderas que saludan al recién nacido.

La llegada de Pedro es un sueño hecho realidad. "Durante mi embarazo mi suegro soñó que Pedro vendría con dinero", cuenta con sigilo Baneza la coincidencia de que el primer nacido de 2020 en Tenerife recibiría 2.000 euros dentro del programa Recién Nacidos, iniciativa de La Caixa, a través del cual la entidad le da la bienvenida con la apertura de una Libreta Estrella a su nombre, aunque los padres figurarán como representantes. También ella soñó durante el periodo de gestación que el día de su cumpleaños volvía a casa con el pequeño en brazos. Claro, los médicos le dijeron que se cumplía el 19 de diciembre y a priori parecía un imposible. Sin embargo, hoy Baneza celebra su cumpleaños, el mismo día que podría recibir el alta médica.

Christiam, aunque no lo soñó, también tendrá su recompensa en este nuevo año con su recién estrenada paternidad. Trabajador de una empresa de autolavado de La Laguna, disfrutará de la ampliación en cuatro semanas del permiso de paternidad que se hizo efectiva después de las doce campanadas que escucharon en paritorio. Su deseo para su hijo: salud, a lo que Baneza le suma otro: unión.