Marta Martín, garachiquense "hasta el tuétano", aseguraba entre chocolate y chocolate lo mucho que ha mejorado Garachico con la apuesta por las actividades culturales. "Garachico está de moda. Y no lo digo yo, que soy de aquí; lo asegura mucha gente que viene a visitarnos desde otros municipios y otros países. Mire toda la gente que hay el primer día del año, mientras en otros muchos sitios no hay nadie y es imposible conseguir algo abierto", asegura esta integrante de la directiva de la Asociación Cultural Cabalrey mientras sirve chocolate caliente y dulces típicos para conseguir fondos con vistas a financiar la cabalgata de reyes del próximo día 5. Justo en ese momento, la cantante sudafricana Tutu Puoane, en el escenario de la glorieta de San Francisco, improvisa en un español precario: "Garachico, fantástico; Garachico, fantástico".

Con unos graves vibrantes, Puoane fue el colofón del Concierto de Año Nuevo, que desde hace 6 años convierte al pintoresco casco histórico garachiquense en uno de los epicentros de la bienvenida del año en Tenerife. Es muy difícil encontrar otro lugar con tanto ambiente en la Isla. Una vez más, ninguna de las mil sillas estaba desocupada, mientras otras cientos de personas se arremolinaban en los bordes de la plaza para disfrutar, este año, de los ritmos africanos que protagonizaron el concierto. Fue la apuesta de este 2020 de Kike Perdomo, director de la Big Band de Canarias y uno de los principales organizadores de esta cita navideña. "Es un lujazo contar con estos artistas y con este público tan entregado, como es el que se da cita en Garachico", enfatizó Perdomo todavía sobre el escenario después de que Puoane cerrase el recital de jazz con una versión del Pata Pata, el famoso tema de Miriam Makeba.

Siempre con la Big Band sobre el escenario, también desfilaron otros artistas destacados como el guitarrista marroquí Kino Ait UIdrissen, uno de los principales exponentes de la música tradicional amazigh, y Beselch Rodríguez, uno de los máximos representantes de la nueva generación de timplistas de las Islas. Ellos tomaron el relevo a los bailes de la noche de Fin de Año que también habían llenado un día antes esta misma zona del centro de Garachico, con ritmos muy distintos como los servidos por las Knarias.

José Heriberto González disfrutaba como uno más del espectáculo organizado por la Big Band y el Ayuntamiento. "Estamos muy contentos con los resultados que estamos obteniendo gracias a nuestra apuesta por la cultura", subrayó el alcalde de Garachico, para precisar: "Hasta hace siete años, el 1 de enero era un día muerto en este municipio, como en tantos otros. Pero desde que organizamos el Concierto de Año Nuevo la situación ha cambiado radicalmente en el casco histórico. Viene muchísima gente, incluso turistas, desde la mañana para disfrutar de la vida que genera esta actividad".

Y el Concierto de Año Nuevo no es el único evento cultural que anima esta localidad norteña. Lo cuenta Martín Dorta, productor de Área Garachico, un proyecto surgido en 2011 y que está detrás de este dinamismo tan difícil de encontrar en otros puntos del Norte. Ahí están Paisajes Gastronómicos, el Festival Internacional de Cine Medioambiental (Ficmec), Cuadernos Escénicos (danza), Circundando (circo)... No es de extrañar que Garachico sea uno de los municipios que destina un mayor tanto por ciento de su presupuesto a la Cultura, según el mismo alcalde "casi un 7 por ciento". "El resultado es que tenemos las plazas hoteleras llenas, que se pueden ver muchos turistas disfrutando de estos eventos y que, además, ofrecemos un atractivo muy importante a nuestros propios residentes", matiza José Heriberto González.

Además, los visitantes que bailan Pata Pata son más viajeros que turistas, principalmente europeos que buscan experiencias culturales, gastronómicas, deportivas... Gente que persigue lo auténtico y que huye del sol y playa. Ayer, todos ellos, así como los numerosos isleños que también se congregaron en la glorieta de San Francisco, recibieron 2020 con una sonrisa aterciopelada. La que les dejaron los ritmos africanos y la Big Band.