No solo los ciudadanos encuentran dificultades para encontrar una vivienda para alquilar, las propias administraciones públicas tampoco lo tienen fácil cuando necesitan encontrar un piso en el que poder alojar a personas en situación de vulnerabilidad que cuentan con una ayuda al alquiler por parte de las instituciones.

Durante la época en la que la crisis económica golpeó con más fuerza a la Isla los carteles de "se alquila" se mostraban en muchas viviendas. El mercado inmobiliario sufrió una parálisis que hizo que cayeran los precios tanto del alquiler como los que se pedían para adquirir una vivienda y que se paralizara la nueva construcción.

Una situación de la que poco a poco se ha ido recuperando con una progresiva subida de los precios. La irrupción de los pisos turísticos también puede haber influido en el alza de los alquileres tradicionales, sacando del mercado a una parte de las viviendas. La gran demanda y la poca oferta han hecho que se incrementen los precios, ocasionando que cada vez más hasta las propias administraciones tengan problema para localizar viviendas con las que asistir a personas en situación de vulnerabilidad.

Un problema que ya adelantó recientemente la consejera de Acción Social, Marián Franquet, ante los micrófonos de la Cadena SER y que corrobora el consejero insular de Vivienda y Cooperación Municipal, Zebenzui Chinea, quien asegura que esta situación es una realidad de la Isla, donde no es fácil debido a la gran demanda de vivienda que existe y los altos precios de alquiler, encontrar una opción donde puedan alojarse personas con necesidades económicas, incluso aunque tengan el respaldo de alguna administración.

Al Cabildo le preocupa por ejemplo lo que pueda pasar con los vecinos de Las Chumberas, que en un breve periodo de tiempo tendrán que salir de sus casas debido a la rehabilitación que se tendrá que acometer y previsiblemente podrán tener problemas para encontrar una alternativa habitacional a un precio asequible.

La falta de vivienda también podría dificultar el realojo de algunos habitantes que se han encontrado en las últimas semanas con desalojos en diferentes partes de la Isla. Los residentes del barrio de Santa Lucía, en Güímar o los del edificio Dácil en Bajamar no lo tendrán fácil para localizar una casa a la que poder mudarse.

Los problemas para buscar viviendas en la que alojar a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad también afecta a las entidades del tercer sector y las ONG. "Hay organizaciones sociales que tienen la voluntad de ayudar, pero no pueden porque no tienen pisos donde alojar a los posibles beneficiarios", indica Chinea.