Siete barrancos de la Isla contarán con sensores de alerta que ayudarán a prevenir los riesgos que producen las riadas, un fenómeno que ha causado importantes daños en el pasado en diferentes puntos de la Isla. Se trata de un sistema que será único en Canarias y que permitirá conocer a tiempo real el estado de los cauces cuando se produzca una tormenta. En concreto, el Cabildo tiene previsto instalar estos aparatos en tres barrancos del término municipal de Santa Cruz de Tenerife, en el de Santos -donde se colocarán dos sensores-, en el del Hierro y en el Bufadero. También se instalarán otros dos dispositivos en Adeje, en el barranco del Infierno y de Torviscas. Los otros dos se instalarán en el cauce de San Felipe, en Puerto de la Cruz, y en el de San Juan, en el municipio de Guía de Isora.

El Cabildo de Tenerife anunció ayer que licitará por 385.000 euros la instalación del sistema de alerta temprana (SAT), por lo que espera que pueda entrar en funcionamiento a finales del año que viene. La localización de los sensores se ha establecido según el Plan de Gestión de Riesgo de Inundación, ya que los siete barrancos se identifican como áreas con riesgo potencial significativo de inundación.

El consejero responsable del área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez, explicó que la meteorología ha cambiando mucho en los últimos años, haciendo que cada vez sea más frecuente que una gran cantidad de precipitaciones caigan en un corto periodo de tiempo. De esta manera, con este tipo de estrategias, que permiten conocer en tiempo real el volumen de los cauces, se persigue que la Isla esté más adaptada a los nuevos fenómenos meteorológicos adversos, que trae consigo el cambio climático.

Sin embargo, las riadas no son un fenómeno desconocido en la Isla. El 31 de marzo de 2002 una gota fría provocó graves daños en el área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife. Ocho personas fallecieron, 400 viviendas resultaron afectadas y las pérdidas económicas se cuantificaron en 90 millones de euros. También en la capital, otra tormenta y la avenida que se produjo como consecuencia acabó con la vida de una mujer el 19 de octubre de 2014.

Estas son las más recientes, pero, según la Evaluación preliminar del riesgo de inundación en la Demarcación Hidrográfica de Tenerife, también causaron graves daños las avenidas producidas en 1977, en La Laguna y Vilaflor, en el 1968, en La Orotava, o la que se produjo en 1944 en la Vega Lagunera y Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, las riadas son un problema que afecta a la Isla desde que se tienen registros y a las que incluso se le achaca la desaparición de la imagen original de la Virgen de Candelaria, en la que se produjo el 7 de noviembre de 1826.

Este novedoso sistema que se instalará en los barrancos, y que emula al que ya está implantado en el País Vasco, no logrará eliminar el riesgo, pero sí reducirlo al poder conocer de forma anticipada qué zonas pueden inundarse y en cuanto tiempo, con bastante precisión.

El gerente del Consejo Insular de Aguas (CIATF), David Davara, explicó ayer que para ello será necesario instalar en los barrancos unos dispositivos llamados aforadores-limnimetros, que miden la altura del nivel del agua que discurre por ellos. Esta información se complementará con la que se recoge a través de las diferentes estaciones meteorológicas y pluviométricas de la Isla, además de los modelos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que se cruzarán a través de un software que deberá instalarse también.

Mejora de la coordinación

De esta manera, "aunque los sensores estén colocados en ocho puntos, el sistema engloba toda la Isla, pero en otras zonas será menos exacto que en aquellos lugares donde están instalados". Sin embargo, la recopilación de información que se llevará a cabo una vez comience a funcionar este método hará que cada vez será más preciso y ahondará en el conocimiento de cómo afectan estos fenómenos a la Isla.

Con esta información, podrá mejorarse la coordinación de los diferentes efectivos que actúan en casos de emergencia. Así lo evidenció ayer el consejero quien comentó que uno de los objetivos prioritarios de la instalación de este sistema es mejorar los canales de comunicación entre las entidades con competencias en materias de observación meteorológica, protección civil y gestión de riesgos hidráulicos ante este tipo de situaciones.

Asimismo, asociado a esta iniciativa, se elaborará un Protocolo de Alerta Hidrológica, de acuerdo al Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo de Inundaciones (Peinca), que permita notificar al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad 1-1-2 sobre la situación de dichos cauces ante fenómenos meteorológicos adversos.

De esta manera, también se pretende mejorar el sistema de alertas a los ciudadanos, para que eviten exponerse a este tipo de riesgos, lanzando los avisos con antelación. La estrecha colaboración entre meteorólogos e hidrólogos posibilita desarrollar este tipo de sistemas capaces de traducir los avisos meteorológicos en hidrológicos, para que la población esté al tanto. "Cuando se producen este tipo de situaciones la mejor recomendación es quedarse en casa y no hacer traslados innecesarios", aseguró Rodríguez.