Garachico sufrió hace justo un año uno de los peores temporales marítimos de las últimas décadas. El mar de leva, que comenzó en la noche del 17 de noviembre de 2018 y golpeó la costa hasta las primeras horas del día 18, barrió la avenida marítima. Las olas desplazaron el mobiliario urbano, arrancaron puertas, reventaron escaparates, tiraron muros, dañaron edificios y destrozaron el campo de fútbol, la piscina, el vallado del litoral, muchos tramos de aceras, bancos, jardines, muros de casas, apartamentos y varios negocios, como una vinoteca, un supermercado, dos restaurantes y una heladería, entre otros. Los daños en bienes públicos y privados causaron pérdidas de más de 1,3 millones de euros, según los cálculos del Ayuntamiento garachiquense.

En el último año, la costa de Garachico ha peleado por volver a la normalidad. La mayoría de los daños se repararon, han reabierto varios negocios, los vecinos desalojados han vuelto a sus casas y las huellas de aquel inesperado temporal son cada vez menores. Sin embargo, hay secuelas que aún durarán años, como es el caso del campo de fútbol, que no volvió a reconstruirse y se ha convertido en un aparcamiento provisional.

Pendientes de El Caletón

También sigue pendiente de informes de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife la cocina del restaurante municipal El Caletón, que no se ha podido reparar. Esta instalación municipal que reportaba al consistorio un canon mensual de 6.300 euros que desde hace 12 meses no pueden cobrar. Las pérdidas por este cierre superan ya los 75.600 euros. Una cantidad importante para un consistorio con un presupuesto anual de apenas 4,5 millones.

El alcalde, José Heriberto González (CC), considera que el municipio afronta la posibilidad de un nuevo temporal "mejor preparado que hace un año", pero aún con tareas pendientes. Algunas de las mejoras más destacadas son la sustitución del vallado de la piscina y las canchas por otro "mucho más ligero que se puede retirar de forma preventiva y no se convertirá en un proyectil lanzado por la fuera de las olas"; la eliminación de la plaza del castillo de San Miguel de los elementos que suponen un riesgo añadido en caso de oleaje, como los bolardos, o la mejora de los cerramientos de los edificios, negocios e instalaciones más expuestas al mar.

El Servicio de Cambio Climático e Información Ambiental de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias ha colocado de nuevo la boya de control del oleaje y sus sistema de cámaras de vigilancia. A falta de una conexión con fibra óptica, la Villa y Puerto vuelve a tener más medios para observar el mar y anticipar problemas.

Los vecinos de las plantas superiores del edificio Tomé Cano, en la avenida marítima de Garachico, pudieron regresar en octubre a sus apartamentos. Volvieron once meses después del desalojo, que se produjo el 27 de noviembre de 2018, tras detectarse grietas y problemas estructurales. La reparación les costó unos 200.000 euros.

Las obras continúan en los locales comerciales del inmueble, la Asociación Recreativa El Roque y en el único apartamento de la planta inferior. Sigue pendiente la reconstrucción del muro destruido de una vivienda particular, junto al reabierto restaurante Ardeola, aunque ya dispone de licencia de obras.

Un cartel cerca de la piscina, con imágenes del temporal, recuerda a vecinos y visitantes que la avenida aún se recupera. El Ayuntamiento de Garachico sigue empeñado en buscar ayuda de la Unión Europea (UE) para blindarse contra uno de los efectos más temidos del cambio climático: la subida del nivel del mar. Junto al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife espera optar a fondos del Programa de Medio Ambiente y Acción por el Clima (Life) para mejorar los sistemas de desagüe de la avenida marítima, ya que en la actualidad, "los problemas para evacuar el agua del mar agravan los daños del oleaje, pues la presencia de agua estancada aumenta la altura de las olas posteriores", resalta el alcalde. Otro objetivo es mejorar también las defensas marítimas y el aspecto de la piscina municipal y de las canchas deportivas.

Castillo de San Miguel

El Castillo de San Miguel reabrirá sus puertas en breve, tras descartarse el riesgo de derrumbe por la presencia de cuevas bajo la estructura del siglo XVI. El campo de fútbol, reconvertido ahora en un aparcamiento público, no recuperará su uso anterior y la nueva instalación, prevista en la finca La Quinta Roja, cerca de San Pedro, aún tardará años en construirse. El alcalde asegura a EL DÍA que su prioridad ahora es reparar el campo de fútbol de La Caleta de Interián para que los dos equipos del municipio (Gara e Interián) puedan dejar Los Silos y volver al municipio.

"Se está redactando el proyecto de reparación del muro de contención del campo de La Caleta y, en paralelo, trabajamos para lograr apoyo del Cabildo para mejorar los vestuarios. Nuestra intención es contar con ese proyecto antes de final de año y ejecutar las obras para que ambos equipos puedan regresar al municipio al inicio de la temporada 2020-2021", explicó González.

Para construir el nuevo campo de fútbol es necesario modificar el Plan General de Ordenación (PGO) y adaptarlo a la Ley del Suelo y los cambios en el PIOT. El consistorio también debe encontrar el respaldo del nuevo gobierno insular al proyecto de construir el nuevo estadio en dos parcelas de la finca La Quinta Roja.

Promesa de 400.000 euros

El anterior gobierno insular se había comprometido con Garachico a aportar 400.000 euros a este proyecto y a ceder al consistorio, en la zona más cercana a la costa, una superficie de 51.856 metros cuadrados para la construcción del nuevo campo de fútbol y otros equipamientos complementarios, como aparcamientos y circuitos deportivos.