"El viento no supuso problema alguno para ejecutar las importantes reparaciones navales que se realizaron al buque". Así de rotundo se manifestó ayer Louis Donald Fernengel, uno de los capitanes del Pioneering Spirit, el mayor buque en volumen del mundo, en su despedida del puerto de Granadilla, a donde arribó el 2 de octubre para trabajos de reparación.

En los 40 días que permaneció en el puerto de Granadilla se le amplió la capacidad de carga, lo que permite alzar toda una plataforma desde su popa, y le extrajeron seis hélices para labores de mantenimiento por parte de Tenerife Shipyards.

La nave adelantó su salida al contar con un contrato de trabajo que le lleva rumbo a Noruega. Por ello, el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Carlos González, encabezó la visita de una delegación de autoridades al barco y agradecieron su estancia a su capitán.

Para alimentar a los 560 tripulantes de 25 países, durante cada una de las siete semanas que estuvo atracado se solicitaron dos contenedores con aproximadamente 26 toneladas de productos frescos destinados al consumo, principalmente carne y pescado, señala la Autoridad Portuaria.