El cambio climático y el uso más intenso que se hace de los espacios naturales están provocando que la Isla sea cada vez más vulnerable a sufrir incendios forestales. De hecho, el Cabildo de Tenerife ya ha extendido este año la campaña para hacer frente a este tipo de sucesos hasta el mes de noviembre y prevé alargarla todavía más el próximo año. Una de las herramientas con las que dispondrá a partir de ahora la Institución tinerfeña para luchar contra este tipo de incidentes es el Plan Insular de Emergencias, en el que se identifican nueve zonas de la Isla que tienen un riesgo alto de sufrir un incendio forestal.

De esta manera, este nuevo documento hace suyas las áreas que se establecen en el Plan de Emergencia de Protección Civil por Incendios Forestales en Canarias (Infoca), a través del que se establecen las zonas de alto riesgo de la Isla. En concreto, ambos planes identifican en primer lugar los caseríos del Parque Rural de Teno y Monte del Agua, un área de 2.239 hectáreas que incluye al conjunto de poblaciones del interior como Masca, Carrizales, Valle del Palmar y Teno Alto, así como la totalidad del Monte del Agua.

El Valle de Icod-Chinyero, con 4.520 hectáreas, es otro de los puntos localizados en el Plan Insular de Emergencias como de alto riesgo de incendios forestales. Dentro de esta área está incorporado el conjunto de poblaciones situadas cerca de la zona forestal como Erjos, San José de los Llanos, La Montañeta, Las Abiertas, Fuente de La Vega, Cueva del Viento, Marengo, Redondo, Casa Blanca, Cruz del Tronco y El Pinalete. El documento incluye además en este apartado toda la extensión de la Reserva Natural Especial de Chinyero.

En tercer lugar se sitúa Los Realejos-La Guancha, concretamente el área que va desde la carretera de Chanajida a Llanadas, Palo Blanco, Realejos, Icod el Alto y La Guancha, así como cumbres del Realejo Alto.

El Plan Insular de Emergencias también incluye como una de las zonas con un potencial riesgo de ser afectadas por el fuego al entorno de la zona recreativa de La Caldera, zonas de interfase de Aguamansa a Pinoleris y la Reserva Natural Integral de Pinoleris.

Además, están incluidas como zona de alto riesgo las 2.635 hectáreas comprendidas entre el límite exterior de la carretera general del Norte hasta Ravelo, La Victoria, La Corujera y Pino Alto, hacia el interior de la masa forestal, además de la Reserva Natural Especial de Las Palomas.

Las Lagunetas-La Esperanza es otro de los puntos señalados por su alto riesgo de sufrir este tipo de incendios. En esta zona están afectados los caseríos de Las Barreras, Las Rosas y la carretera de Esperanza Aguagarcía, así como el caserío de Las Lagunetas y las zonas recreativas cercanas.

El Plan Insular de Emergencias señala también el riesgo alto de que se vean afectados por un incendio parte de los núcleos de Jardina, Las Mercedes, Pedro Álvarez y Tegueste, en un área de 856 hectáreas.

También corren un mayor riesgo de sufrir un incendio forestal las reservas naturales integrales de El Pijaral e Ijuana, en Anaga.

Por último, están incluidas un total de 3.348 hectáreas del Valle de Güímar. En concreto, el límite exterior por la carretera de Arafo-Güímar-Agache hacia la masa forestal. Un área donde se incluyen los parajes de Las Coloradas y Los Pelados.

El documento señala además a las medianías altas y cumbres de los municipios de Tacoronte, El Rosario y Los Realejos como áreas con nivel de riesgo por incendio forestal muy alto.

El Plan Insular de Emergencias afirma que los incendios forestales en la Isla presentan una marcada estacionalidad. El riesgo de que se produzca este tipo de incidente es mayor durante el periodo estival, es decir, entre los meses de junio, julio, agosto y septiembre, y en menor medida en octubre.

Sin embargo, se advierte de que las temperaturas que se registran en Tenerife a lo largo de los 12 meses, así como la falta de lluvias que puede producirse, hacen que el peligro no sea nulo en ningún momento del año.

Unas características que se han ido acentuando en los últimos años como efecto del cambio climático que ha hecho que ya este 2019, el Cabildo de Tenerife haya decidido ampliar hasta el 8 de noviembre la campaña contra incendios y adelantar su inicio el próximo año. El objetivo es que en el futuro el operativo pueda mantenerse activo durante todo el año y que en los meses de menor riesgo, los efectivos puedan dedicarse a realizar tareas de prevención.

Resulta difícil determinar las causas de la gran mayoría de los incendios forestales, pero sí se apunta que en la mayor parte de los casos está presente de manera directa o indirecta la acción de las personas.

Un total de 24.220 hectáreas fueron afectadas por el fuego en Tenerife entre los años 2000 y 2015. Así lo señala el Plan Insular de Emergencias, que ha sido recientemente aprobado por el Gobierno de Canarias, un documento que establece y determina la estructura organizativa y funcional de todos los medios y recursos llamados a intervenir durante una situación crítica de protección civil, así como los mecanismos de movilización y procedimientos de intervención y coordinación de estos cuando se declara una emergencia a escala insular.

Este documento afirma que a lo largo de estos 15 años se han producido 451 incendios forestales en Tenerife, siendo dos de ellos considerados como grandes incendios.

Este mismo documento recoge que los incendios forestales constituyen los siniestros más frecuentes no solo en Tenerife, sino en todo el Archipiélago. Cada año se suceden multitud de conatos, de los que algunos se acaban convirtiendo en grandes incendios. El último de gran importancia en las Islas tuvo lugar en Gran Canaria en verano.

Según los datos que recoge el Plan Insular de Emergencias, el término municipal que ha concentrado mayor número de focos, más de 50, es el de Los Realejos, seguido de La Orotava, Tacoronte, El Rosario y Santa Cruz de Tenerife, cuyos focos oscilan entre los 25 y el medio centenar.

En el extremo opuesto con apenas cinco incendios en un periodo de 11 años son los municipios que se localizan en el sureste de la Isla, es decir, Güímar, Fasnia, Arico, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona y Arona. De esta manera, también se encuentran entre los que menos incendios han sufrido Los Silos, Garachico, Santa Úrsula, La Matanza de Acentejo y Tegueste.

Más de 24.000 hectáreas quemadas en 15 años