La ganadería no vive su mejor momento en la Isla. Las dificultades para rentabilizar esta actividad del sector primario, unido al auge de otros nichos de empleo, han generado que falte renovación generacional. De hecho, según los datos que maneja el Cabildo tinerfeño, en apenas cinco años la Isla ha perdido alrededor de la mitad de sus cabezas de ganado, una situación a la que el nuevo consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Institución insular, Javier Parrila, quiere poner remedio.

Bajo su punto de vista, a los obstáculos que existen para hacer negocio con esta actividad se suman otras razones sociológicas que tampoco ayudan a que salga adelante. "Son animales, no hay descanso y es muy sacrificado", considera, aunque precisa que en otros lugares de España y en otros países "ser ganadero está muy bien visto y es una actividad muy valorada", algo que asegura no ocurre en el Archipiélago. Además, se trata de una actividad que tiene unas necesidades muy diferentes dependiendo del tipo de ganado.

"El número de animales que hay en relación a la cantidad de carne que se consume es minúsculo, entra mucho producto por el muelle", considera y afirma que tan solo el 17% de la carne que se come en Tenerife se produce en explotaciones isleñas, por lo que "hay mercado para ampliar la producción".

El equipo de la Consejería insular de Ganadería ya se ha puesto en marcha para tratar de reconducir la situación a través de pequeñas medidas que supongan una mejora para los productores. Una de ellas es mediar con aquellos ayuntamientos de la Isla que habían planteado restricciones al paso del ganado para realizar la trashumancia, para que atiendan al requerimiento de los vecinos. "Es importante hacer esa pequeña trashumancia, que en la Isla apenas es de un día", explica Parrilla y asegura que algunos consistorios ya se han comprometido a estudiarlo. Estos traslados de ganado no solo ayudan a mantener el bienestar de los animales, sino que también pueden ser una herramienta efectiva para luchar contra los incendios, debido a la limpieza que realizan los rebaños en estas zonas.

Por otro lado, el Cabildo también ha aprobado recientemente incrementar hasta los 100.000 euros las ayudas a las agrupaciones de defensa sanitaria ganadera para sufragar sus gastos corrientes.

El equipo de Parrilla quiere además trabajar para mejorar la comercialización de la carne que se produce en la Isla, ya que asegura que en muchas ocasiones los productores tienen dificultades para colocar su producto. Para ello, trabajará de la mano del Gobierno de Canarias para incrementar la presencia de la carne tinerfeña en comedores escolares y hospitales, pero también en el sector hostelero y turístico.

La consejería insular de Ganadería quiere potenciar también la reutilización de los residuos que producen los animales. "Ahora mismo existe un proyecto que permite que después de un proceso de depuración sean utilizados, por ejemplo, para la producción en una platanera", expone. Por lo que prevé lanzar ayudas para colaborar con los ganaderos en la gestión de los purines.

Asimismo, otra línea en la que quieren trabajar es en promover que las compañías de agua oferten una tasa específica para el suministro ganadero. "Ahora mismo, la mayoría de las explotaciones no tienen un contador propio y esto hace difícil que los productores conozcan con exactitud cuánto beben sus animales", valora Parrilla. Por eso, el Cabildo quiere promover la separación de las dos líneas de suministro, para que se pueda aplicar una tarifa específica a los ganaderos.

Parrilla asegura también que para facilitar la autorización de nuevas explotaciones ganaderas, trabajará para que vuelvan a estar asimiladas a actividades agropecuarias y no a las industriales como ocurre en la actualidad, después de un cambio de la ley. "Queremos promover un cambio normativo en el Gobierno de Canarias para que las explotaciones sean consideradas lo que son, una actividad agropecuaria", indica.