El cementerio de Santa Lastenia, vivió este viernes su particular Día de Todos los Santos, aunque fue mucho menos ajetreado que en su víspera, en donde desde primera hora de la mañana los accesos al camposanto, la zona de los puestos de flores y la parada de taxis se convirtieron en un "sin vivir" por las personas que llegaban para honrar a sus seres queridos.

En cambio este viernes las cosas fueron algo distintas. Colas, sobre todo en la parada de guaguas habilitada, un poco menos en la de taxis en espera de las salidas, eso es verdad, "tras el buen día del jueves", señalaron algunos de los profesionales.

Paco, Facundo y Francisco resaltaban que este año la gente prefiere evitar las aglomeraciones convirtiendo el día fuerte el jueves "para poder disfrutar todo el fin de semana. Hoy (por el miércoles) está mucho más tranquila cosa a esta hora de la mañana y seguirá así a lo largo del día", resaltaron los taxistas.

La espectacularidad de los puestos de las flores no dejaba indiferente a nadie. Dara, la propietaria de uno de ellos, explica mientras despacha un buen número de clientes que "las ventas están siendo buenas" y que las flores más vendidas, "como viene siendo habitual, son los crisantemos, los lírios, las lluvias de siemprevivas y los helechos, principalmente para decorar".

Ya dentro de los pasillos, mientras las guaguas de Titsa alcanzaban a los mayores a la parte alta, la solemnidad, el respeto y la moderación imperaban. Vecinos de todos los barrios y familiares residentes en otros municipios de la Isla arreglaban sus flores, limpiaban lápidas, ayudaban a otras personas con problemas de movilidad reducida o esperaban sentados en algunos de los bancos pintados de blanco en algunas terrazas del cementerio.

Todos tenían en su corazón a sus seres queridos de una forma u otra. Rezos, lágrimas, contemplaciones. Cualquier gesto servía para hacer grande el Día de Todos los Santos.

Fueron los casos de Eulalia y Francisco Medina. Dos hermanos que que cuidaban toda clase de detalles para "recordar a nuestros padres y un poquito más arriba a los abuelos", explicaba la primera mientras colocaba con mucho mimo las flores en los reposos de las lápidas.

Para el segundo "se trata de un día muy especial y venimos a mostrar respetos a nuestros padres. Si debemos algo a alguien en esta vida es a nuestros padres".

De forma tajante y como reflexión, Eulalia explica que "tenemos claro que tenemos que cuidar de nuestros padres cuando están vivos. Ahora estamos solo recordándolos. Solemos venir, no solo hoy, sino cuando cumplirían años u otros días", concluyó mientras seguía decorando.