Dicen en el Norte de Tenerife que más que un anillo de carreteras lo que tiene la Isla en proceso de construcción es una herradura insular. La circunvalación está incompleta. Mientras se anuncia el inicio de la obra del tramo entre El Tanque y Santiago del Teide, existe una sombra, un espacio libre de unos 11 kilómetros de longitud para el que ni siquiera hay una idea sobre la mesa. Es el tramo olvidado del anillo insular, el cuello de botella entre Los Realejos e Icod de los Vinos.

En 2001, el Gobierno de Canarias hizo público el Plan Territorial Especial y Estudio Informativo del Corredor Insular del Norte, que barajó diez alternativas para ampliar la autopista del Norte desde la zona realejera de San Vicente hasta Buen Paso, en Icod. La alternativa elegida, con una carretera sobre viaductos y un enorme puente en barranco Ruiz, tenía un gran impacto ambiental y enseguida cosechó una legión de detractores. Tampoco era muy respetuosa con los núcleos urbanos de San Agustín y San Vicente, por lo que acumuló opositores en Los Realejos.

Ninguna de las diez alternativas incluidas en este estudio evitaba daños en los parajes protegidos de esta parte de la Isla: afectaban al paisaje protegido de Campeches, Tigaiga y Ruiz; al paraje de Rambla de Castro; al sitio de interés científico del barranco de Ruiz, o a todos. Además, partía en dos Los Realejos y dejaba una parte de la localidad aislada.

Colectivos vecinales y ecologistas se unieron en una plataforma del no a la autopista. Pero ante la necesidad, objetiva, de concluir el cierre del anillo insular, también surgió una plataforma del sí a la ampliación de la TF-5, cuyo origen estaba en Icod. Ambos movimientos midieron sus fuerzas en la calle, con manifestaciones celebradas en 2001 y 2002, y el pulso callejero lo ganó el no a la ampliación de la TF-5 planteada.

El estudio de alternativas también perdió en los despachos, ya que recibió 13.812 alegaciones en contra y apenas 2.000 a favor.

Desde entonces, se hizo el silencio. Han pasado 17 años de aquellos días de debate y apenas se ha vuelto a hablar de este tramo clave y de extraordinaria complejidad.

Los 11 kilómetros que separan el final de la TF-5, en Los Realejos, con la rotonda del anillo insular en Buen Paso tienen dos subtramos con una baja dificultad de ejecución. Se trata del primer kilómetro, entre la TF-5 y el túnel de San Vicente, donde ya hay tres carriles y terrenos baldíos para una ampliación, y los tres últimos kilómetros, la mayoría en La Guancha, entre el casco de San Juan de la Rambla y Buen Paso.

Los siete kilómetros que complican este proyecto son los que se sitúan entre el casco ramblero y San Vicente. Si se busca una solución al túnel de dos carriles de este núcleo realejero, ya existen tres carriles desde allí hasta el kilómetro 42, por encima de la playa del Socorro, donde también habría espacio para tratar de habilitar un cuarto carril. La zona realmente crítica es la que va desde el kilómetro 42, cerca de La Grimona, hasta la salida del casco ramblero: unos 5 kilómetros con una vía de sólo dos carriles y una accidentada y protegida orografía. El reto es tan difícil, y tan poco agradecido, que ningún gobierno se ha atrevido desde 2002 hasta 2019 a plantear ni siquiera un nuevo estudio de alternativas.

Desde los municipios de la comarca se ha pedido en varias ocasiones que se retome este tramo, pero sin ningún eco ni éxito.

Pese a las diferentes siglas políticas, todos los alcaldes implicados coinciden en la necesidad de que los técnicos planteen alternativas de trazado para redactar un proyecto y avanzar en la búsqueda de una solución a este problema enquistado.

El alcalde de Icod, Francis González (CC), solicita que se ejecute este tramo aprovechando el trazado de la vía actual, con los restos de la antigua vía y con lo que se pueda utilizar fuera de las zonas protegidas y "así conseguir una carretera más segura, con menos curvas peligrosas y con más carriles, allí donde sea posible". A su juicio, "no podremos hablar del cierre del anillo insular hasta que se ejecute este tramo, y no sólo con terceros carriles. El proyecto debe conciliar la total y absoluta seguridad con el total y absoluto respeto al medio ambiente".

El alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez (PP), considera que "no tiene sentido hablar de anillo insular sin este tramo"; entiende que "ha llegado el momento de hacer un estudio exhaustivo para consensuar un proyecto que respete el medio ambiente y los núcleos urbanos", y plantea que "es una prioridad que se encargue un estudio de alternativas de trazado".

La alcaldesa de San Juan de la Rambla, Fidela Velázquez (PSOE), opina que tener un proyecto concreto para este tramo es "algo muy urgente" y asegura que seguirá insistiendo ante el Gobierno de Canarias y el Cabildo "porque es necesario abrir el debate ya". Velázquez advierte de que cuando concluya la obra entre El Tanque y Santiago del Teide "aumentará el tráfico y esta zona se convertirá en una futura fuente de conflictos y de atascos. Ya lo es, cuando se producen accidentes o desprendimientos, y todo puede empeorar porque tampoco se ha trabajado en las vías alternativas ni en problemas puntuales de seguridad como el acceso al barrio de La Rambla".

El alcalde de La Guancha, Antonio Hernández (PP), coincide en augurar "graves problemas de tráfico" en este tramo de la TF-5 "cuando se acabe el resto del anillo" e insiste en que la parte de la vía que atraviesa su municipio presenta "pocas dificultades" y podría impulsarse de forma inmediata para acabar con una carencia indigna: "La Guancha es el único municipio de la Isla que carece de un acceso en condiciones".

A juicio de Hernández, "hay que cerrar el anillo también en esta zona y hay que hacerlo lo antes posible: es una emergencia".

Desde 1999 se contemplaba la opción de los túneles

La alternativa de soterrar parte de la ampliación de la TF-5 entre Los Realejos e Icod de los Vinos es una alternativa que se contemplaba ya desde 1999, al menos sobre el papel. Este boceto futurista de dos bocas de túnel, aparentemente a la salida del casco histórico de San Juan de la Rambla, aparecía en el proyecto de la ampliación de la autopista del Norte entre los municipios de La Orotava y Los Realejos, aunque no correspondía al trazado de esa actuación en concreto.