San Juan de la Rambla se citó con su historia y herencia portuguesa en la cuarta edición del Mercado Barroco de Canarias. Miles de personas se acercaron al casco histórico para disfrutar de este viaje anual al siglo XVIII.

Con el apoyo del Cabildo, el hotel My City de Puerto de la Cruz y decenas de voluntarios, el Ayuntamiento ofreció casi diez horas ininterrumpidas de personajes de época, representaciones y música barroca.

El eje conductor de este IV Mercado Barroco de Canarias fue el origen del municipio con influencia portuguesa: la llegada del colono portugués Martín Rodríguez, quien levantó una ermita en honor a San Juan Bautista en la zona donde ahora se asienta el pueblo.

Desde las once de la mañana, el casco histórico se embarcó en un viaje en el tiempo que se inició con la apertura de los puestos tradicionales de un mercado del siglo de la razón, de las luces y de las revoluciones.

De aquella semilla de origen portugués surgió, por ejemplo, la llamada calle de Los Lusismos, vocablos de origen luso que se han quedado para siempre en el habla tradicional de Canarias, como abanar (decir adiós con la mano), besos (labios), cambado (torcido), enchumbado (empapado), engoruñado (agachado), entullo (escombros), escarrancharse (abrirse de piernas), fañoso (resfriado o que habla nasalmente), fechillo (cerrojo), gago (tartamudo), jeito (maña o movimiento que causa dolor), lambusar (pasar la lengua), liña (cordel), magua (desconsuelo), millo (maíz), payo (barriga) o rente (a ras).