La Feria Arte Joven en la Calle cumplió ayer 20 años en plena forma. La Orotava ha consolidado en el calendario anual del ocio insular una de las mayores concentraciones de jóvenes artistas de Canarias, que, pese a la amenaza de lluvia, volvió a reunir a unas 12.000 personas en cinco horas de puro arte callejero.

Desde las diez de la mañana, y hasta las tres de la tarde, numeroso público se concentró entre la plaza del Ayuntamiento villero, la calle Carrera Escultor Estévez, El Puente y la avenida de Canarias para disfrutar de una variadísima oferta artística. Con presencia destacada de jóvenes y familias con niños, Arte Joven en la Calle 2019 ofreció casi de todo: rap, reguetón, pop, rock, break dance, dj, flamenco, percusión, canción de autor, fotografía, danza, escultura, ilustración, literatura, collage, pintura, grafiti, acrobacias, arte reciclado, bisutería, body paint, cocina creativa con fruta, disfraces (cosplay), payasos, zancudos, postales o chapas y complementos personalizados.

En la confluencia de la calle Calvario y la avenida de Canarias, sonó el rap improvisado en una batalla de gallos, los jóvenes pinchadiscos (DJ) o el reguetón de Doble M-Manuel. La música y la danza contaron con varios escenarios en los que actuaron Constanza Rugeles, Súper 5, Óscar Rocío y La Patafísica, y Elena Saavedra y Aileen López, entre otros.

Grafiteros como Víctor Seus, demostraron que el grafiti puede ser arte y no vandalismo. Tras coordinar recientemente la elaboración de un mural de más de cien metros con alumnos de tres institutos villeros, Seus se encargó ayer de dar forma a una obra, formada por libros y pupitres pintados, que surgió de aquel encuentro. Una hoguera ficticia que recordó que "la educación no es llenar un cubo, sino encender una hoguera".

El artista Rayco Rodríguez Gutiérrez, junto a Patricia López Saavedra y Kai Rodríguez López, regresó a Arte Joven con una escultura de arte reciclado con cartón, con la forma de un "ososaurio", que niños y adultos pudieron decorar con sus dibujos. "Una obra colaborativa con toda la gente que quiera participar", explicó antes de que el extraño animal, mitad oso, mitad dinosaurio, comenzara a llenarse con cientos de dibujos.

Los centros de Educación Secundaria Obligatoria del municipio mostraron obras colectivas para dejar claro, de muchas maneras, que el arte es "un poderoso instrumento para cambiar el mundo".

Las escuelas municipales y grupos coreográficos locales también tuvieron espacios donde mostrar el arte más joven de la Villa. En total, más de 500 artistas participaron en esta cita que hace ya dos décadas fue pionera en las Islas.

Los más pequeños pudieron convertirse en pintores, con paleta y caballete; artesanos, capaces de crear collares y pulseras, o escultores con plastilina.

Entre numerosos ilustradores, con muchas referencias al universo Marvel, Juego de Tronos y videojuegos de éxito, Adrián Trujillo Marrero presentaba su primera novela: "Historia de AOS I. La canción del jinete". Una obra de fantasía épica ambientada en un mundo "completamente ficticio, con todo original: razas, regiones, costumbres, lenguas y religiones". Allí vive sus aventuras Lathyro, quien emprende un viaje "desde el pequeño agujero en el que vive" para aclarar misterios de una guerra pasada.

Junto a la plaza del ayuntamiento, el joven Alejandro Hernández Pérez, de 19 años, sorprendía a todos con su habilidad autodidacta como escultor e imaginero. De un pedazo de barro blanco, sus manos extraían un cuerpo y un rostro llenos de expresión y emotividad. Auténtico arte joven.