Desde 1948 no había un alcalde en Arafo nacido en el municipio. Juan Ramón Martín Pérez pasó, el 15 de junio pasado, a convertirse en el primer arafero alcalde de Arafo en los últimos 71 años. Asuntos sociales, invertir en la actividad extraescolar, la conservación del Polígono Industrial Valle de Güímar, la limpieza y seguridad del municipio, poner en valor los caminos rurales y atender a las zonas diseminadas (que son unas cuantas) forman el conjunto de prioridades en las que trabaja el gobierno municipal de Arafo.

Económicamente, ¿demasiado reto para cuatro años?

El dinero es lo que condiciona casi toda acción, pero somos conocedores profundos de la realidad de Arafo, partimos de que sabemos dónde están los déficits del municipio y disponemos de profesionales muy preparados, entre los políticos y el personal, para buscar recursos. Es nuestra obligación. Cierto que el euro es fundamental, pero no nos paralizará porque tenemos que atender las necesidades que nos transmite la ciudadanía. Somos sus empleados.

De materializarse, a Arafo no lo reconoce en cuatro años ni la madre que lo parió.

Es la idea. Arafo tiene que vivir los cuatro años que necesita de atención a las prioridades. No soy ajeno a cosas que se hicieron en mandatos anteriores, es obvio; admito que hubo errores que hay que corregir, pero este grupo de gobierno quiere recuperar parte del Arafo que se quedó en el camino e impulsar su asentamiento en el siglo XXI. La clave está en las personas.

¿De ahí que hable de Asuntos Sociales como la prioridad entre las prioridades?

Cubrir las necesidades de araferos y araferas es el motivo de que estemos aquí. Tenemos recursos insuficientes, pues hemos de optimizarlos y buscarlos; contamos con programas para abordar las necesidades de todos los segmentos de la población, sí, pero hay que conseguir más... Todo es gestión. Los vecinos de todas las edades han de encontrar respuestas en nuestro Ayuntamiento. Las administraciones supramunicipales son recursos que, hoy por hoy, responden. La atención directa al ciudadano es una de las obligaciones del político y una de las más gratificantes. Quien no lo entienda así debe dedicarse a otra cosa, desde mi humilde opinión.

La música y la formación son dos pilares tradicionales en la política arafera. ¿Mantiene la línea?

Lo que Arafo ha conseguido musicalmente es un privilegio a conservar, pero hemos de ir más allá. La actividad extraescolar, con la cutlura y el deporte, debe ser una herramienta interesante y potente. Todo lo que se emplee en este capítulo no es un gasto, es una inversión. Suplementar esta apartado contribuirá a ahorro futuro y, sobre todo, favorecerá el desarrollo de las nuevas generaciones.

¿Resolverá el Valle de Güímar el problema de su Polígono Industrial en este mandato?

Estamos empeñados en ello. Ya está encauzado el problema del vertido y de la legalización, ya están en marcha los proyectos y alguna obra de las depuradoras y ya contamos con las autorizaciones que precisábamos. Toca poner toda la carne en el asador para definir el modo de optimizar toda esta zona industrial.

¿Entidad de Conservación o Consorcio?

Tenemos que avanzar en eso. Candelaria, Güímar y Arafo trabajamos constantemente en definir y pulir cuestiones que nos permitan terminar esta fase de la negociación y empezar a actuar porque el estado del Polígono Industrial es muy mejorable.

Arafo fue referente por su limpieza y cuidado de jardines durante mucho tiempo...

En la actualidad estamos trabajando en la elaboración del pliego para la nueva concesión del servicio de recogida de basura y la limpieza viaria así como en el que regirá la concesión del mantenimiento de los jardines. Esta es otra de la cuestiones prioritarias y esenciales que hemos de poner al día.

Usted señaló a los caminos rurales como parte fundamental de Arafo...

Lo son. Es una asignatura que el Ayuntamiento tiene pendiente desde hace muchos años. Su recuperación y puesta a punto, la atención en limpieza y seguridad y la adaptación de sus condiciones para la mejora de la calidad de vida requieren esfuerzo y dinero. Nuestra obligación también son las zonas diseminadas, porque en Arafo están Galván, El Portugués, Peña, La Montañeta, La Hoya del Pino, El Natero y El Carretón -es imposible enumerarlos a todos-, motivo por el que proyectamos intervenciones.

La experiencia en usted es una ventaja notable. Sabe que suena a carta a los Reyes Magos.

Es el programa de trabajo que se ha marcado este gobierno municipal. El esfuerzo de todos y cada uno será el día a día y cumplir el compromiso que adquirimos en la campaña electoral. Ese es nuestro contrato y por el que los araferos y araferas nos pagan. Queremos el sobresaliente, pero somos conscientes de que el nivel marcado es alto.

¿Qué respuesta encuentra en el Cabildo y el Ejecutivo canario en estos primeros meses, con CC, su aliada, fuera de sus gobiernos?

Buena. A la hora de hablar están siendo encuentros satisfactorios. Estoy convencido de que cuando toque aportar euros, también lo será. La ventaja es que las cabezas llegan ahí procedentes del ámbito municipal y saben qué rol tiene cada administración. Espero que las buenas sensaciones actuales se traduzcan en beneficios para los araferos. De no ser así, lo dejaremos muy claro.

En el ámbito municipal, parece que las cosas están más serenas.

Las elecciones municipales de este año creo que marcan un punto de inflexión. Nuestro grupo partía con la perspectiva de no reeditar la mayoría absoluta imperante en este Ayuntamiento durante toda la democracia pero sabíamos de la dificultad. A día de hoy, puedo decir que las relaciones con los otros partidos son buenas y agradezco su implicación en los temas municipales.

Tiene la oportunidad de ejercer de alcalde de su municipio tras haber sido empleado y concejal con Calzadilla y Lemes. Un privilegio.

Totalmente de acuerdo. Mi objetivo personal es no defraudar a los araferos y araferas. Mi escuela política es la de dos grandes alcaldes de este municipio. Domingo Calzadilla es parte esencial de la historia de Arafo y a Lemes le tocó un etapa dura que seguimos sufriendo, pero encabezo un grupo con forma propia y diferenciada de hacer las cosas.