Pedro Suárez, el todavía presidente de la Autoridad Portuaria, hace balance con EL DÍA. Su carácter cercano y propenso a sacar una sonrisa a los que tiene alrededor no logra ocultar cierta amargura por terminar su mandato "antes de tiempo". Según dice, el trabajo con el equipo y con esa comunidad a la que cariñosamente llama "radio muelle" ha sido "vertiginoso, intenso y productivo". Se siente orgulloso y agradecido por el relevo "impecable" que le hizo Ricardo Melchior y por sus consejos, junto a los del también expresidente Pedro Anatael Meneses: "Dos grandes expertos que me han asistido siempre en que lo he necesitado sin importar que los tres tuviéramos colores políticos diferentes. El objetivo era trabajar a favor de nuestros puertos".

¿No siente que su sustitución por causa de los pactos políticos es como no dejar bien cerrado el ciclo?

Cuando me nombraron -explica- yo era consciente de que la política es como es y que a lo peor podía estar un año, como así ha sido. Yo mismo llegué fruto de un acuerdo entre varios partidos. Así que planifiqué la gestión con ese horizonte que finalmente se confirmó.

Entonces, sabiendo que esto podía pasar, que se podía acortar su mandato de cuatro años, ¿por qué aceptó?

A pesar de que he ocupado otros cargos de gestión a lo largo de mi carrera política, tanto en el Gobierno de Canarias como en el Cabildo, siempre quise desempeñar esta función, en la que pensaba -y sigo pensando- que podía volcarme y realizar un buen trabajo. He estado vinculado a lo largo de mi vida con la Autoridad Portuaria, la conozco bien y, por qué no reconocerlo, existían muchas razones afectivas y personales que desde muy joven me hicieron pensar que algún tal vez podría dirigir los puertos tinerfeños. Tampoco descartaría volver en el futuro si me lo piden. Sería un privilegio.

¿Y ahora?

Pues en cuanto se concrete el relevo, me vuelvo a mi puesto en la Mutua de Accidentes de Canarias. Afortunadamente allí también tengo trabajo que hacer. Creo que es importante tener una profesión a la que regresar. Trabajar en un cargo público es sobre todo un servicio a la sociedad por un tiempo determinado.

¿Cuál ha sido el mayor reto en este año de gestión?

Sin duda, lo primero que me encontré fue una Autoridad Portuaria con un gran conflicto interno. No fue el mayor reto, pero sí el primero. Este problema tenía también una importante trascendencia pública que dañaba nuestra reputación. De entrada, hacía inviable el liderazgo necesario para sacar adelante los proyectos. Entenderá que eso no puede ser. Así que me volqué en el diálogo, en animar a los equipos excelentemente cualificados pero, en mi opinión, desmotivados; en hacerlos cómplices de la gestión. Teníamos que ponernos a trabajar y dejar al margen ese enfrentamiento. Hay una responsabilidad no sólo profesional, sino también con la sociedad, que para mí está por encima de todo.

¿Dice usted que esos conflictos internos dificultaban el liderazgo?

Tengo muy claro que lo que hace grandes a los Puertos de Tenerife son las personas, no el hormigón, por muy necesario que sea. Creo que, en gran medida, durante este año hemos conseguido esa unión y ya se están viendo los resultados. Deseo de corazón -afirmó- que en el futuro se continúe en esta línea de evitar el conflicto, dialogar, unir e ilusionar para poder liderar. La gestión en los Puertos es compleja y requiere cuidar los equipos de trabajo.

¿Qué es eso de "radio muelle"?

Pues desde mi punto de vista, algo realmente valioso. En Tenerife hablamos de radio muelle en referencia a las opiniones que la comunidad que trabaja en los puertos va desarrollando sobre sus problemas, oportunidades o retos. Los estibadores, los prácticos, los consignatarios, la gente de remolque, los amarradores, los que trabajan en la seguridad, los propios empleados de la Autoridad Portuaria? todos ellos tienen opiniones expertas -aunque a veces gremialmente interesadas- sobre cómo se debe funcionar. Saben un montón del Puerto. Yo lo que hice fue -nada más llegar- organizar un desayuno de trabajo en el edificio Puerto Ciudad para escucharlos. A partir de ese momento, hemos hablado de forma constante, estableciendo vínculos necesarios para, entre todos, planificar la gestión, hacer cambios, modificar criterios o detectar problemas. También hemos escuchado muchísimo al Cabildo, a los ayuntamientos, la CEOE o la Cámara de Comercio. Yo creo que ha dado resultados casi inmediatos.

¿Qué calificaría de logros en este año de gestión?

Hay que entender que las infraestructuras portuarias se plantean a cien años vista y cualquier planificación comercial o de actividad hay que hacerla pensando en períodos también largos. Así que, cuando llegas, hay que retomar la gestión anterior e ir adaptándola a los cambios que se van produciendo. La Autoridad Portuaria se gestiona con criterios empresariales y las cifran dan año por año beneficios que se reinvierten en los propios puertos. Se ha hecho, en mi opinión, un gran trabajo en la proyección internacional, Santa Cruz se ha convertido en un puerto de referencia en el Atlántico medio. Tanto Gustavo González de Vega -no sólo desde la Zona Franca Tenerife, sino también desde la Asociación de Zonas Francas de las Américas y Airam Díaz -sumando su responsabilidad en el Área Comercial a la de presidente de MedCruise- han marcado la diferencia y han mejorado nuestro posicionamiento. En los próximos años, veremos que el ya consolidado turismo de cruceros va a ir creciendo tanto en cifras como en calidad y eso ha sido fruto de muchos esfuerzos. Para la Autoridad Portuaria no es un gran negocio, pero sí es sumamente importante para las ciudades portuarias.

¿Y además de los cruceros?

Se ha avanzado en otros tráficos -pese a la gran competencia- para aumentar cifras en mercancías y pasajeros en los próximos años. Estos incrementos, en algún caso, han generado problemas logísticos que estamos tratando. También se ha dinamizado el sector de las reparaciones navales, que está en pleno despegue, y para el que hemos conseguido contratos muy interesantes y provechosos. Granadilla sigue adelante con cada vez mejores perspectivas y dando pasos para su operatividad plena a medio plazo. En la vertiente más interna, se están obteniendo muchas cosas en la línea de los Smart Ports y en todo lo que tiene que ver con seguridad o eficiencia energética, con un ahorro cifrado en iluminación de unos 150 mil euros anuales, sólo por citar un ejemplo.

¿Y las cosas pendientes?

Una cosa que me hubiera gustado consolidar son las comisiones puerto-ciudad con los cuatro puertos capitalinos. Es básico integrar en la gestión a los ayuntamientos y cabildos, así como a los agentes económicos. Los puertos son un gran sistema en el que todos son complementarios y hay que contar con las ciudades. Podríamos planificar desde la oferta de cruceros de acuerdo a las necesidades de cada isla, mejorar el tráfico de mercancías o la relación con el área urbana adyacente a las dársenas. Pero es que siempre hay mucho que impulsar y hacer: consolidar la actividad de transporte de mercancías con África occidental y el continente europeo; llevar a los puertos a la mayor eficiencia energética y medioambiental; el impulso a las marinas deportivas. Otra cosa importante es terminar de definir las Zonas Francas para hacerlas más atractivas. Creo que en el futuro podrían ser una pieza esencial de una economía diversificada. La posición estratégica de Canarias, algo que se repite mucho, hay que traducirla en algo concreto. Pero nada de esto es sencillo. Si se da cuenta, la estructura económica de las islas dependerá a largo plazo, en gran medida, de lo que hagamos con estos proyectos.

¿Qué le diría a su sustituto, Carlos González?

Ya nos hemos reunido en la Autoridad Portuaria. Sabe que tiene todo mi apoyo y mi colaboración. La Autoridad Portuaria es una institución en la que la política, si bien define quién está al frente, queda al margen en el mejor interés de los Puertos. Somos, probablemente, la pieza realmente esencial de la economía canaria. Yo le deseo todo lo mejor y sé que la comunidad portuaria le ayudará en todo lo que necesite, como se ha hecho con todos los presidentes.