Mientras se debate sobre la futura ubicación de grandes centrales generadoras de energía en Canarias, expertos como el catedrático y director del Máster de Energías Renovables de la Universidad de La Laguna (ULL), Ricardo Guerrero Lemus, o el borrador de la Ley Canaria de Cambio Climático apuntan en otra dirección: la generación distribuida. Una alternativa de futuro que plantea convertir cada casa o edificio en una minicentral de producción de energía eléctrica a través de placas solares fotovoltaicas, situadas en tejados y azoteas, capaces de suministrar una gran cantidad de energía 100% renovable que se incorporaría a la red y reduciría los costes energéticos y la contaminación.

La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, liderada por el socialista José Antonio Valbuena, se plantea en la nueva Ley Canaria de Cambio Climático el objetivo de que la mayoría de las azoteas y tejados de las Islas tengan paneles fotovoltaicos para que los vecinos se beneficien del menor coste de la electricidad autogenerada e, incluso, lleguen a ser operadores que hagan más robusto el sistema eléctrico de cada isla.

A través de "muchos poquitos", multitud de pequeños puntos de generación de energía solar, el sistema eléctrico ganaría en robustez y sostenibilidad.

Guerrero subraya que la generación distribuida es capaz, como ya ocurre en lugares como Hawaii o Baviera, de "cambiar el sentido de la energía". En un día soleado, la energía eléctrica producida por los paneles fotovoltaicos en estos territorios puede ser tan grande que "en lugar de que la energía vaya de la subestación a las casas, vaya desde las casas a la subestación". En días nublados, la producción baja, pero no desaparece.

"La energía eólica se puede parar algunas semanas por la falta de brisa, pero la fotovoltaica siempre genera energía: amanece todos los días", recalca Guerrero.

Otra de las ventajas de la generación distribuida es, a juicio de este experto, que "la energía deja de estar en manos de unos pocos y permite a casi todo el mundo acceder a ahorros económicos".

Para este catedrático de la ULL y miembro experto de la Agencia Internacional de la Energía, "apostar por la generación distribuida es evitar también que unos pocos se sigan enriqueciendo con los recursos renovables que da nuestra tierra".

El coste de las baterías acumuladores de energía eléctrica es aún elevado, pero baja progresivamente y Guerrero las considera claves para que el cambio de modelo avance "todo lo posible".

A juicio de Guerrero, el modelo del futuro debería cimentarse sobre la generación distribuida con el respaldo de una empresa que dé garantía de suministro: "Todos produciríamos electricidad, pero siempre debería existir una empresa que gestionara el sistema existente para ofrecer tranquilidad y seguridad".

"Esa empresa dejaría de tener el papel de suministradora de energía para convertirse en garante de la seguridad energética, de la garantía del suministro", detalla.

"Cuando hablamos de generación distribuida no hablamos de un sistema en el que cada uno genera por su cuenta y no existe ningún tipo de control -aclara-. Hablamos de un sistema organizado y regulado, pero que debería proteger a los pequeños productores de energía con medidas, por ejemplo, como que ante un exceso de energía renovable, el corte comience de arriba a abajo, desde los mayores hasta los menores productores".

Julián Monedero, de la empresa de energías renovables Dobontech, destaca que una red con muchos puntos de captación de energía solar "sería mucho más robusta y tendría muchas menos pérdidas en el cableado". A su juicio, y aunque es parte interesada del sector de las renovables, el fomento de la generación distribuida "debería ser una apuesta política".

La reciente presentación del borrador de la Ley Canaria de Cambio Climático es toda una declaración de intenciones. El Gobierno de Canarias busca ayudas y otras fórmulas fiscales, como la reducción en el tramo autonómico del IRPF o el aumento de las rebajas del IBI por instalaciones fotovoltaicas, para que los canarios generen cada vez más energía limpia en sus hogares, ahorren en sus facturas de la luz y ayuden a reducir los costes energéticos y a proteger el planeta con menores emisiones de gases contaminantes.