El área de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife sopesa la posibilidad de utilizar dos tipos de termiticida para empezar a acotar y erradicar la plaga de termitas subterráneas Reticulitermes flavipes en Tacoronte y La Laguna. Fuentes de este departamento confirmaron ayer a EL DÍA que "a la espera de un último informe técnico, no se descarta el uso combinado del hexaflumurón y el diflubenzurón", que son los dos productos químicos más recomendados para actuar contra este tipo de plagas.

La comisión técnica creada para coordinar las acciones contra la plaga está formada por técnicos del Cabildo de Tenerife, del Gobierno de Canarias y de los ayuntamientos afectados; así como expertos de la Universidad de La Laguna (ULL) y el asesor externo Miguel Gaju Ricart. Esta comisión no ha emitido ningún informe respecto al tipo de termiticida a utilizar, por lo que el Cabildo piensa recurrir a un informe interno para desbloquear la situación y encomendar, "lo antes posible", los trabajos de erradicación a la empresa Tragsa.

Estas fuentes insulares revelan que el objetivo de la consejera responsable del área de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García (PSOE), sigue siendo encomendar esta primera actuación pública contra las termitas "antes de que termine octubre".

También parece descartado que el Cabildo de Tenerife vaya a esperar por un permiso especial del Gobierno de España para la utilización de alguno de estos productos en suelo rústico. "El plazo de respuesta es tan largo y la situación tan urgente que no se podría esperar a ese pronunciamiento", advierten las mismas fuentes.

Ante la imposibilidad de que los productos termiticidas existentes en el mercado se puedan usar de forma masiva en suelo rústico, que es la mayor parte del terreno afectado en Tacoronte y Valle Guerra, los técnicos han planteado la posibilidad de que los portacebos se entierren en las zonas ocupadas por carreteras y caminos.

Según adelantó EL DÍA el pasado 26 de septiembre, el Cabildo de Tenerife pretende colocar, a través de la empresa pública Tragsa, más de 4.000 cebos para tratar de atajar y mermar la plaga de termitas subterráneas Reticulitermes flavipes en Tacoronte y Valle Guerra. El denominado cerco de control, que se ideó para tratar de evitar la expansión de estos insectos más allá de las zonas afectadas del municipio norteño, se completará con actuaciones puntuales en las zonas del interior del perímetro donde se constate una población importante de termitas.

Tanto el hexaflumurón como el diflubenzurón son inhibidores de la síntesis de la quitina, que impiden el desarrollo normal de las termitas y van mermando poco a poco la población de los termiteros, que terminan por desaparecer. Sin embargo, se trata de un proceso sin efectos inmediatos, lo que requiere una constante renovación y control de los cebos.