Una parte del Carnaval se dio cita anoche en la plaza de España y el resto estaba dibujado por Javier Nóbrega en el cartel que se presentó en un acto que duró apenas treinta minutos cargados de poesía y nostalgia, quizás en un guiño al motivo de la próxima edición: "Los coquetos años 50". El evento en sí fue el estreno de los directores artísticos, María Díaz y Marco Marrero, que fueron directos a tocar corazón. El cartel en sí sorprendió: no era un payaso como las decenas de payasos que Nóbrega ha diseñado para los grupos del Carnaval, tanto de Tenerife como algunos de Cádiz, sino... un homenaje a las calles de la fiesta, en forma de cómic que incluso cobra vida con una adaptación a la medida de las redes sociales.

Es el primer cartel que usa el cómic como técnica y también el primero a la medida de la tecnología multimedia, con el plus de que, del medio centenar de personajes que aparecen, solo se identifica con nitidez a una pareja del grupo de Las Celias del Carnaval y el resto puede ser cualquier amante de la fiesta en una noche atemporal. En lugar de elementos singulares de Santa Cruz, como el Auditorio o la plaza de España o la torre del Cabildo, Javier Nóbrega incluye mobiliario o elementos sutiles habituales en la ciudad, como un semáforo, una jardinera o un kiosco que permiten a quien se recrea en el cartel asociarlo con las calles que frecuenta en cualquier velada. ¿Quién no se ha disfrazado de limpiadora, o de policía, payaso, viuda, marinero, guiri...? Pues cualquiera puede identificarse en la obra.

Más que un payaso al más puro estilo Nóbrega, no falta quien, en aras de buscar la polémica, trae al recuerdo el "buscando a Wally", o alguna portada de libreto de la desaparecida murga Los Singangos, del recordado Kiko Cichoz, a lo que se sumaron algunos memes que acreditan que el cartel ha calado.

Después de las ocho y media de la noche, y a los pies del monolito de la plaza de España testigo de tantas noches de Carnaval -lo que no pasó inadvertido para algunos que hicieron chascarrillos por la memoria histórica-, comenzó el acto de presentación del cartel. Solo la presencia de Alexis Hernández como maestro de ceremonia añadía un plus al acto, en especial por las palabras que pronunció cargadas de sentimiento, donde "el Carnaval es silencio, se disfraza como máscara, suenan los colores, se pintan los sonidos"... El presentador dibujaba así el arranque del acto. Sin corbata ni pajarita, Alexis Hernández desgranó sensibilidad para dar la palabra al concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova, en el primer acto popular desde que asumió el cargo.

El socialista, que durante siete años también fue componente de la murga Ni Pico-Ni Corto, echó mano del currículum de Javier Nóbrega para acreditar su designación: toscalero, murguero desde 1992, artista que acercó durante 30 minutos las noches de febrero.

Alexis Hernández volvió al atril colocado en el lado derecho de la pantalla donde se iba a proyectar el vídeo de presentación del cartel y le apuntó al concejal: Bambones logró su primer premio de Interpretación en 1999, precisamente con Javier Nóbrega en el equipo de letrista.

Siguió la alcaldesa de Santa Cruz, quien sentenció que la capital "ya huele a Carnaval". Enfundada en un traje amarillo, tal vez un guiño al suéter de Bambones 2020 o desafiando a los supersticiosos, la regidora municipal dividió en dos partes su discurso: una para avalar el trabajo de Javier Nóbrega, desvelando que hasta dejó de comer y dormir, "pero, como decía mi abuela, sarna con gusto no pica". Añadió Patricia Hernández un recordatorio a la madre de Nóbrega, de 93 años, porque su hijo pintara el cartel anunciador de su ciudad.

Antes de desvelarse la obra, habló, casi "cantó", el propio autor, recibido con una ovación. "Cuando le enseñé el cartel, mi madre me dijo: ¡Ah! pues está bonito". Fue su certificado de calidad, unido a la supervisión, asesoramiento y consejo de "su otro yo", Maripaz, su esposa.

Nóbrega sorprendió más con el cartel que con su intervención, que recreó las perlas que engarza en las canciones de Bambones, en el grupo de letristas. Tras la dedicatoria, leyó unas estrofas a las que solo les faltó música; abierto para que cada uno lo asocie con el recuerdo del Carnaval.

En la recta final, los directores artísticos tocaron corazón. La murga infantil Castorcitos, con sus componentes enfundados en traje de calle, interpretó a capella un tema que anunciaba la presentación del cartel y, cuando acababan, se unió una batucada cadente de las comparsas ganadoras de Ritmo y Armonía: Joroperos, Cariocas y Tropicana, con un efecto acústico que envolvía al público, pues llegaron desde las calles donde se hace el Carnaval, desde fuera del recinto. En la pantalla, Javier Nóbrega desveló su homenaje precisamente a las calles y la gente que hace la fiesta. 30 minutos de febrero servidos el primero de octubre. Una obra que, como las buenas letras, permite recrearse y buscarse en el cartel del Carnaval 2020.