El cero energético del domingo ha vuelto a poner el foco en el frágil sistema eléctrico de la Isla de Tenerife, que acumula seis grandes interrupciones del suministro en los últimos 17 años, de los que cuatro han sido apagones masivos, en los que toda la Isla se ha quedado sin luz. Red Eléctrica de España (REE) investiga los motivos de una caída total del sistema que, según los técnicos, nunca debió producirse. Para tratar de entender por qué un millón de personas pueden quedarse sin energía eléctrica en un suspiro conviene poner algo de luz sobre los cinco niveles del mejorable sistema eléctrico tinerfeño.

La primera clave a tener en cuenta es que en Canarias, a excepción de Lanzarote y Fuerteventura, que están conectadas a través de un cable submarino, cada isla tiene un sistema independiente, que no puede recibir energía de proveedores alternativos, como sí ocurre en la España peninsular.

La inmensa tela de araña que recorre la península, con multitud de líneas y generadores de energía alternativos, permite atender con mayor eficacia y eficiencia las averías. Un problema en una central o la caída de una línea no suponen ningún drama en un sistema con multitud de alternativas. En Tenerife esas alternativas son muy limitadas o, sencillamente, no existen.

REE es el gestor de los sistemas eléctricos de Canarias y el encargado de mantener el equilibrio entre la producción de energía y la demanda en cada momento. Ejerce como un director de orquesta que armoniza un sistema muy complejo, que se puede dividir en cinco grandes niveles, que se detallan a continuación.

La generación

La generación de energía eléctrica es el primer nivel de este sistema. Y en Tenerife la mayor parte de la energía que se produce proviene de las dos grandes centrales térmicas de Candelaria (Las Caletillas) y Granadilla de Abona, que gestiona Endesa. Esta misma compañía cuenta con turbinas en Guía de Isora y Arona. Además, existe generación a través de energías renovables como la eólica y, en menor medida, la fotovoltaica, en manos de cientos de productores, como por ejemplo Endesa o el ITER. En Canarias existen más de 1.600 productores de energías renovables, de tamaño muy variable.

En el cero energético del domingo, por una razón aún por determinar, un fallo del transformador de tensión en la subestación de Granadilla de Abona afectó a todo el sistema de generación, incluidas las renovables, ya que, dada su inestabilidad, tuvieron que desconectarse.

Alta tensión

El segundo nivel del sistema insular es la red de transporte de alta tensión, que en el caso de Tenerife cuenta con líneas de 220 y de 66 kilovoltios, y una red de 23 subestaciones transformadoras, compartidas por REE y Endesa, que se encargan de convertir esa energía en media tensión: unos 20 kilovoltios. El origen del último cero energético está, según REE, en una avería que se produjo en este nivel del sistema.

Media tensión

Desde las subestaciones, Endesa lleva la energía de 20 kV a sus más de 3.000 estaciones transformadoras a través de sus líneas de media tensión, que son el tercer escalón del sistema.

Baja tensión

Las estaciones transformadoras convierten la media tensión en baja tensión, adaptada para llegar hasta las viviendas o negocios de toda la Isla. Estas más de 3.000 instalaciones de Endesa componen el cuarto nivel del sistema. Conocidas popularmente como los torreones, se reparten por toda la Isla, aunque también existen muchas que no se ven, ya que están ubicadas en bajos de edificios o en el subsuelo.

Comercialización

El quinto nivel empieza cuando la energía, ya en baja tensión, llega a los contadores de viviendas o negocios al precio que marcan las diferentes empresas comercializadoras. Hay unas 60 en toda Canarias, pero en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con la generación de energía en la Isla, a excepción de Endesa y algunas productoras de energías renovables.

¿Cómo evitar que se repita?

Para reducir las posibilidades de que Tenerife sufra en algún momento su quinto cero energético, la única solución pasa por robustecer el sistema con nuevas infraestructuras. Una cuestión muy compleja porque requeriría más líneas de transporte y nuevas alternativas de generación de energía estable.

REE quiere construir una nueva subestación fuera de la central de Candelaria, y una línea de doble circuito de 220 kV entre Caletillas y la nueva subestación El Rosario, así como las líneas de 66 kV asociadas. También está prevista la nueva subestación Buenos Aires, de 220 kV, y su conexión a la red.

El objetivo de estas acciones es dotar de mayor seguridad al sistema eléctrico y garantizar el suministro en el Norte y el área metropolitana.

REE reconoce que la subestación de Candelaria tiene una concentración muy importante de líneas y transformadores, "lo que puede comprometer la seguridad de suministro". Parte de esas líneas se conectarán a la nueva subestación de Caletillas, "con lo que aumentará la seguridad del suministro, al tiempo que mejorará el impacto visual".

También está prevista la interconexión entre Tenerife y La Gomera es un doble circuito a 66 kV de corriente alterna de una longitud aproximada de 38 kilómetros, que llegará a una profundidad máxima de 1.250 metros bajo el mar. La interconexión es bidireccional, de forma que la energía circulará en ambos sentidos.

Esta interconexión permitiría mejorar la eficiencia y fiabilidad en el suministro para el conjunto del nuevo sistema formado por ambas islas.