"¿Y ahora qué hago con el puchero?". Esto se oyó decir a una vecina de una céntrica calle de Santa Cruz de Tenerife minutos después de que a las 13:11 horas se fuera abajo la electricidad. La mujer se había asomado, como tanta gente, para preguntar si la luz se había ido en la calle o solo en su casa. "¿Ustedes tienen luz?", le preguntó a unos vecinos del edificio de enfrente. Fue la pregunta más repetida de los primeros instantes del apagón que afectó este domingo 29 de septiembre a todo Tenerife.

Cuando ya habían pasado 10 minutos muchos ya sabían que no era un problema de su casa o de su edificio; era un problema de todo Tenerife. Unos navegaban en las redes sociales, otros preparaban la comida, otros se aprestaban a comer en un restaurante y algunos paseaban por las calles en un domingo caluroso y apacible. Hasta que el reloj marcó las 13:11 horas y se apagó todo: ordenadores, neveras, aires acondicionados, el tranvía, los ascensores, vitrocerámicas, los pasos de peatones€

En la gasolinera DISA de Tres de Mayo, como en la mayoría de Tenerife, habían conectado los grupos eléctricos de apoyo. Estos salvaron también a aeropuertos, hospitales y otras infraestructuras básicas. Pero muchos isleños no contaban con esos grupos en sus casas y o bien renunciaron a la comida caliente y optaron por la fría, o bien salieron en busca de algún restaurante que pudiera ofrecerles comida para llevar.

Los que se llevaron la peor parte fueron los que tienen familiares dependientes que dependen de aparatos eléctricos para hacer su vida. Algunos tuvieron que quedarse postrados en espera de que se recuperase el servicio, que empezó a regresar pasadas las 16:00 horas a varios puntos de La Laguna y a medida que avanza la tarde de este domingo, al resto de municipios de Tenerife, sin que a las 18:00 horas se hubiese completado el restablecimiento en amplias poblaciones de Tenerife

Ya desde los primeros minutos se empezaron a escuchar sirenas aquí y allá, especialmente de bomberos, en auxilio de vecinos que se habían quedado atrapados en ascensores y garajes. El tráfico se volvió caótico por el apagón de los semáforos pero el hecho de que fuera domingo minimizó mucho los daños. No había mucho tráfico en las calles y los tranvías interrumpieron su actividad de repente.

Uno de los tranvías se quedó parado en la parada del Puente Zurita. El conductor se refugió del intenso calor en la propia parada y los pasajeros ya habían abandonado los vagones, en un primer momento sorprendidos por la detención del vehículo. En esos primeros instantes era todo confusión pero al momento se propagó por el wasap que el apagón era general en toda la Isla.

En los bares no había luz ni café pero al menos se servían bocadillos fríos, zumos y refrescos, del tiempo, claro está. Algunos vagaban por las calles en busca de un bar o restaurante donde poder echarse algo en medio de un calor intenso. Llegó un momento, a partir de las 14:30 horas, en el que se hacía complicado comunicarse por el móvil y encontrar acceso a internet.

"Qué pena que se me vaya a estropear el puchero. Con lo bueno que me quedó€", se quejaba la vecina de Santa Cruz mientras conversaba desde el balcón con cara de resignación. "¿Pero fue en toda la Isla? Ay esas neveras€", añadió, para volver resignada al interior de la casa en busca de una solución para el puchero.