Suele ocurrir que, como en el caso de Bernabé Olivera, sus compromisos de la vida laboral le impidieran disfrutar de la fiesta que se celebra cada 7 de septiembre en Güímar, y no sería porque no insistiera su familia. Eso sí, nada más jubilarse, y de eso ya han pasado 17 años, no ha faltado ni una edición de la Bajada. A las cuatro de la madrugada de ayer, salió de su casa en Candelaria, llevó en coche a su esposa a la vivienda de una amiga en El Socorro, para evitar que tuviera que hacer la caminata, y él subió hasta Güímar en una guagua de Titsa -que hizo un espectacular despliegue-, y esperó en la plaza de San Pedro a que saliera la Virgen. Antes intentó acercarse al templo para escuchar la misa que presidió el obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez, amante de este tipo de celebraciones. Como pudo, intentó hacerse un hueco entre las cabezas del gentío, desistió en su empeño y tomó sitio en uno de los muros de la plaza. A las siete y diez, los guanches sacaban a hombros a la Virgen del Socorro de la iglesia, mientras los bailarines solfeaban con sus pies el ritmo de los tambores y en el cielo estallaban los fuegos artificiales que se lanzaron desde la explanada que habitualmente, no ayer, se utiliza como aparcamientos, detrás del Casino de Güímar. Literalmente, no cabía un alma.

Detrás de los primeros puestos, que ocuparon el presidente del Cabildo, Pedro Martín; el alcalde de Güímar, el socialista Airam Puerta, y su primer teniente de alcalde, el nacionalista, Gustavo Pérez, dirigentes de CC, como Carlos Alonso, o el hoy senador y hace unos meses mandatario regional, Fernando Clavijo, que comentó a uno de los peregrinos que ya que no había asistido el presidente canario actual, el socialista Ángel Víctor Torres, sí había acudido él.

La romería más antigua de Canarias tiene truco para disfrutar en su esplendor. Si llama la atención que es una manifestación folclórica en la que las camisetas con la imagen estampada de la Virgen del Socorro sustituyen el atuendo típico, los habituales del trayecto recomiendan hacer el recorrido delante de la imagen, para evitar que los siete kilómetros de distancia entre la iglesia y el caserío acaben por pasar factura a la espalda del romero. Para ello, es necesario buscar un atajo a la salida de la plaza de San Pedro, bajando por la trasera del Casino y llegar a las Cuatro Esquinas antes de que llegue la comitiva, y lograr pasar entre los centenares de vecinos y visitantes allí arremolinados, aprovechando que a la altura de Floristería Tin, antes de llegar a la plaza de las flores, la Policía mantiene cerrada la circulación a los vehículos.

Surge entonces una de las preguntas casi existenciales de la bajada: ¿cuánto se tarda en realizar el trayecto? A paso normal se puede cubrir en tres horas, con la asistencia a los preceptivos altares del trayecto, pero no falta quien ha llegado al caserío a las cuatro de la tarde...

Sorteado el paso de Cuatro Esquinas, no apto para agorafóbicos, rumbo a San Pedro Abajo. Primer alto, para los más habituales, en la casa de Isidro Jiménez. Una vez se adentra el romero en el pasillo, en una mesa, unos diez cartones con huevos duros, junto a dos o tres barriles de caldo que cumplen con la promesa de atender al visitante. Un poco más adentro, tras sortear una angosta escalera de seis o siete peldaños, una parranda ameniza la espera de la Virgen del Socorro. En la casa de Isidro Jiménez, romeros de lujo, como el expresidente del Cabildo de Tenerife Ricardo Melchior; Arturo Gómez, que fuera médico de la UD Las Palmas, o un pletórico Rafael Yanes, Diputado del Común, con guitarra en ristre, y la inseparable albahaca, la insignia de la bajada. Poco importa si se conoce al anfitrión; cada uno se sirve el caldo en un vaso de plástico y... tal vez escucha cuando se marcha: "¡Coge el huevo!", en la voz de Isidro Jiménez, que supervisa que todo esté correcto. Aquí, entras de noche y te marchas de día.

A la salida, la Virgen no ha bajado aún, por lo que los peregrinos aprovechan para llevar la delantera, y se contagian del ritmo de una de las parrandas, que interpreta la canción que ha desbancado esta edición el Pasodoble del Socorro: El anillo pa' cuando.

Los más adelantados enfilan el trayecto y pasan por donde la casa de la madre del recordado alcalde güimarero y luego presidente del Parlamento Pedro Guerra y abuela del cantante del mismo nombre, cerca del Calvario, por donde está el primero de los tres descansos señalados en el trayecto con una carpa. De nuevo, otra fanfarria se viene arriba, esta vez con Hoy puede ser una gran noche! Solo falta que el consejero del Cabildo Efraín Medina aparezca para entonar letra.

Ya en la otra capilla del Calvario, en Los Majuelos, segundo alto. En las entradas entre algunas casas se habilitan unos bares en forma de carricoches para cargar pilas antes de llegar a La Asomada. Al fondo se divisa la montaña de El Socorro. Parece que el puente de la autopista está a tiro de piedra, pero todavía queda pasar cerca del monasterio y de La Tahona, uno de los altares para los güimareros. En el puente sobre la autopista, ya a los pies de la montaña del Socorro, máxima seguridad con la instalación de unas vallas para impedir que nadie se alongue, o nutrida presencia de Guardia Civil y Policía Autonómica junto a varios autobares y hasta un puesto de venta de lotería...

Parece que está ahí, pero el tramo por tierra que se realiza antes de adentrarse en el Caserío del Socorro pasa factura. Pero merece la pena. La aridez de este último kilómetro se compensa con la acogida desbordante de los vecinos del lugar.

Junto a la iglesia del Socorro, la casa de Carmen Celia Sanabria, un plató ideal por su emplazamiento para las cámaras de televisión que desfilan por el lugar. Primero Mírame TV, luego Televisión Canaria, que prepara su conexión en directo a las dos y media de la tarde... Y enfrente, el locutor de Radio Rumberos, que se deshace en vivas a la Virgen del Socorro mientras la banda entona el Pasodoble a la llegada. En casa de Carmen Celia Sanabria, Bernabé se encuentra ya con su esposa y con amigos de Güímar. Y para aprovechar la antemesa, historias de la mili, o las anécdotas de sor Patro, a quien acudían para buscar un mejor destino.

Mientras se celebra la misa, en la que el sacerdote compite con el obispo en la extensión de sus homilías, recorrido panorámico por el caserío, hasta donde se han trasladado hasta los componentes de la murga solidaria Desbocados y el modisto de Bambones, Fran Brito, entre otros. Tiempo para la nostalgia. Es la primera vez que Fran sale a un tenderete tras el fallecimiento hace tres años de su hermano Siso.

Con Fran, una excomponente de Triquikonas y luego de la comparsa Danzarines, quienes salen al encuentro de la concejala de Fiestas de Güímar, Patricia Encinoso, que rápidamente se interesa por el estado de una mujer que recibe atención sanitaria tal vez por el calor y el cansancio. Al término de la misa, el alcalde, Airam Puerta (PSOE), junto a su primer teniente de alcalde, Gustavo Pérez (CC), contagiado por la duración de la homilía, ofrece una amplia entrevista a Canal 4, donde anuncia que impulsará una declaración institucional para dar mayor realce a la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional de la que goza esta bajada.

De ahí, a la casa de Cheo. Primero una puerta, luego un pasillo y a la derecha, un salón con mesas para una degustación culinaria Curioso, las paredes aparecen tapizadas con fotos de visitas anteriores de Ricardo Melchior, y en una aparece con Carlos Alonso. Y en vivo y en directo, el alcalde, socialista, se retrata con el anfitrión, tal vez para inmortalizar la visita en El Socorro 2020.

De ahí, visita al Punto Violeta junto a la vieja ermita. El tiempo pasa, aunque el alcalde no demuestra prisa. Y luego, visita a otra casa, donde está Gara Fajardo, letrista de Triqui-Traquitos. Entre los invitados, cinco personas llegadas de Gran Canaria, que hoy regresarán para disfrutar de los actos de la Virgen del Pino, en Teror. En el trayecto, el modisto de Bambones saluda a la folclorista Míriam Rodríguez, que va a la cueva.

Antes, tras bajar unas escaleras, rumbo a la playa. A la izquierda, El Socorro presenta lleno de bañistas. A la derecha, Villa Pardela, la casa de la concejala de Cultura, la socialista Magüi Campos, que disfruta en compañía de la edil de Fiestas, la nacionalista Patricia Encinoso. Magüi, junto a Gloria y un amplio equipo, han dedicado dos semanas a preparar la comida hasta para visitantes desconocidos. Se desbordan en la atenciones. Fran Brito muestra credenciales del componente que fue del Orfeón y de Hespérides, y se atreve con el fado para satisfacción de Gloria, que insiste por teléfono a los Amigos del Arte que los espera. En Villa Pardela se sirve un pedacito del paraíso, a la espera de la procesión de antorchas y la ceremonia de los guanches de la tarde-noche. "O se lo comen todo hoy, o mañana vuelven porque no voy a tirar esta comida". Otra visión de la romería del Socorro, desde la zona chillout de Villa Pardela, a la espera de la Subida, hoy, a las 19:00 horas, en su regreso de la Virgen a la iglesia de San Pedro.