El alcalde de Puerto de la Cruz, Marco González Mesa (PSOE), insiste en que tras llegar al gobierno, el pasado junio, ha encontrado "una casa desordenada" y una situación económica diferente a la esperada: "Era falso eso de que el consistorio no tenía deuda. El Ayuntamiento portuense sí tiene deuda. Hay deudas importantísimas con el personal".

¿Qué valoración hace de la reciente condena y renuncia a todos sus cargos del exalcalde Lope Afonso?

Como alcalde, pero también de una manera muy personal, considero que debo mostrar mi empatía. Cualquiera que esté en el ámbito de lo público está expuesto a este tipo de consecuencias por la gestión. Por eso quiero mostrar públicamente mi empatía personal. No es plato de buen gusto para nadie. Uno se acuerda de él personalmente, de la afectividad que nos une, de su familia... Pero lo cierto es que una sentencia judicial nunca habla de calidad humana, habla solo de hechos. Esa es mi valoración personal.

¿Y su valoración política?

Creo que en mi partido no hubiesen permitido a un representante político continuar en el candelero con una causa de estas características, con apertura de juicio oral. No solo era concejal sino que llegó a ser vicepresidente del Cabildo. Ha sido una pieza clave en el ámbito del PP. En lo personal, insisto en que tiene toda mi empatía y toda mi solidaridad, pero en lo político creo que se debieron tomar otras medidas antes. Jamás he hecho sangre con esto, pese a que algunos nos alentaban. No quisimos hacer un daño gratuito porque estoy convencido de que la política es otra cosa. Por eso nunca lo usé.

¿Tiene la sensación de que tras el cambio político a los nuevos gobiernos les está costando arrancar en Canarias y en el Cabildo?

Los inicios pueden ser complicado, pero también ilusionantes. Si uno viene a cambiar las cosas, los procesos de cambio pueden percibirse como algo lento. En el ámbito municipal, el cambio creo que ya se nota. Los principios siempre son costosos cuando no se da continuidad a políticas anteriores. Y las prisas son malas consejeras. Creo que mis compañeros en los gobiernos regional e insular lo entienden así y están trabajando con celeridad para que los cambios se produzcan en positivo. En la sociedad portuense ya se percibe ese cambio. En el ámbito de la dinamización, todos los actos han superado las expectativas. Y seguimos trabajando en la mejora de servicios como la limpieza, y en ofertas de empleo público.

¿El PSOE acusará la excesiva responsabilidad de resolver cuestiones históricas en un mandato? ¿Un exceso de ilusión les perjudicará?

La respuesta está en nosotros. En el caso del Puerto, PSOE y ACP tenemos la responsabilidad de no ser un espejismo de gobierno progresista. Tenemos un trabajo planificado; objetivos a corto, medio y largo plazo; muchísimas cosas proyectadas... pero sería mucho más desilusionante que la gente percibiera que el ayuntamiento no es cercano ni transparente; que los ediles no atienden a los vecinos, o que no se resuelven los problemas reales. En estos meses no creo que haya nadie que pueda decir que no ha podido hablar con el alcalde. No he cambiado ni mi número de teléfono. También es fundamental nuestro compromiso de decir la verdad. Haré más de lo que digo. Hay muchas cosas que no anunciaré, pero llegarán. La gestión es imparable.

¿El PSOE logrará acabar con las colas de la TF-5 y crear un verdadero hospital en el Norte?

Estoy convencido de que el gobierno insular proyectará todo lo que se ha ambicionado respecto a la movilidad de la Isla. Espero que eso proyectos, como el bypass que abandonó CC, salgan adelante. Y el hospital del Norte también ayudará a mejorar la movilidad. No puede seguir siendo un centro de especialidades. Si hay algún partido que apueste por la sanidad pública, ese es el PSOE, y ahora tenemos la oportunidad de demostrarlo. Después de tantos años de gobierno de CC, hay mucho vicio oculto, muchas barreras que superar y muchos muros que destruir.

¿Ha encontrado obstáculos en la gestión municipal?

Nos hemos encontrado con un gran déficit en este ayuntamiento. Una casa desordenada. ¿Por qué existe esa percepción de que las cosas nunca salen en el Puerto? La clave está en la falta de gestión, de planificación y de programación. Un problema de estructura y de división del trabajo y de las tareas. El PP ha dado muchas lecciones de gestión, y lo que nos hemos encontrado no es ejemplar. Ahora nos preguntan por el saneamiento y llevan años gobernando. Respecto a la seguridad, hay un catálogo no actualizado del Plan de Emergencias Municipal, que es la matriz de los planes de autoprotección, y eso no lo habían aprobado. También nos hemos encontrado un plan de movilidad que no fue consensuado.

¿Y gastos imprevistos?

Hemos detectado, una vez dentro, que era falso eso de que el ayuntamiento no tenía deuda. El Ayuntamiento del Puerto de la Cruz sí tiene deuda. Hay una deuda importantísima con el personal municipal y seguimos pagando sentencias por atrasos, recargadas con muchísimos intereses de demora. Ahí hay mala gestión. En algún momento daremos cuenta de todo el gasto que habrá que afrontar por sentencias originadas por el rodillo de PP y CC que trató de eliminar derechos de los trabajadores.

¿A cuánto asciende esa deuda con el personal?

Ahora mismo no se puede calcular, pero el gobierno anterior ya había dejado una partida de casi un millón y medio de euros para afrontar este año parte de esos gastos. Hay un juicio en enero que afecta a la mayor parte del personal, así que será mucho más. También hay contratos menores que generan unos gastos elevados, facturas no tramitadas, y una advertencia del ministerio de dejar indisponibles 5 millones de euros del presupuesto actual, que es de 40 millones.

¿Cuándo terminará la obra de la estación de guaguas?

Han pedido una nueva prórroga, motivada, y en esa obra han surgido varios inconvenientes. El Puerto de la Cruz es como un melón, que no sabes cómo está hasta que lo abres. Abrir una calle en esta ciudad da casi siempre sorpresas. Pese a todo, la estación será una realidad en pocos meses.

¿Hay alguna novedad respecto al nuevo muelle?

Prefiero hablar de infraestructura portuaria, porque no me gusta hablar ni de muelle ni de parque marítimo por separado. Creo que ambos proyectos deben ir de la mano. El Cabildo sigue apostando por el Puerto de la Cruz, pero no vamos a generar más falsas esperanzas, como gobiernos anteriores, y solo vamos a anunciar las cosas cuando corresponda. La hoja de ruta que firmamos en 2016 no se respetó, pero tenemos un modelo de infraestructura portuaria claro. Más allá de debates estériles, solo CC y PP aprobaron en la Ley del Suelo la rebaja de categoría del puerto, y eso impide el transporte de pasajeros.

¿Comenzará pronto la obra de la nueva piscina?

Tenemos un problema heredado que es la ocupación ilegal de las instalaciones por parte de algunas personas. Estamos actuando, hemos generado el protocolo para desocupar esas instalaciones, donde residen personas sin hogar, que serán amparadas socialmente. Tampoco se puede esconder que la ejecución de la obra dura 40 meses, así que no podemos generar falsas expectativas. Queremos que comience lo antes posible, pero también trabajamos en la elaboración de documento sobre el uso, aprovechamiento y la futura gestión de esa piscina. Queremos que queden claros los derechos de los vecinos y los clubes locales respecto al uso de las nuevas instalaciones.

¿Saldrá en este mandato?

Espero que sí. Nos falta que la Comunidad Autónoma apruebe el cambio del PMM I, un trámite que estuvo muchos meses en manos de CC y no hicieron nada.

¿Tiene ya alguna buena noticia respecto a la playa de Martiánez?

Hay buenas noticias porque procedimientos que llevaban años guardados en los cajones, se van completando. Esta obra, que se ha convertido casi en un mito, queremos hacerla realidad. Espero que más pronto que tarde se pueda desbloquear.

¿Hay alguna otra obra que le quite el sueño?

El Puerto de la Cruz no merece que se siga retrasando más la finalización de la ampliación del Jardín Botánico. Es una de mis prioridades de mandato. Ya está bien. Todos los alcaldes y presidentes insulares y regionales anteriores han anunciado fechas que no se han cumplido. Lo ocurrido debería avergonzar a las administraciones implicadas. Acabar esta obra debe ser una prioridad y pelearé políticamente todo lo que haga falta para que se acabe con esta injusticia. Luego ya hablaremos de la gestión. Si en cuatro años no le damos un empujón, sí me podría quitar el sueño. No es comprensible la situación.