Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) investigan a un hombre de 73 años y a una mujer de 65 años, ambos vecinos de San Miguel de Abona, como presuntos autores de un delito de incendio forestal por imprudencia.

Los hechos ocurrieron el pasado 18 de agosto a las 16:45 horas cuando se tuvo conocimiento de un incendio forestal ocurrido en la zona alta de San Miguel de Abona, concretamente entre el Frontón, Vilaflor y Montaña Colorada, denominada Barranco del Bucio.

Al lugar se desplazaron diversos efectivos de emergencias, brigadas de extinción de fuegos, agentes de la Policía Local de diversas localidades, dotaciones de bomberos, un helicóptero, motobombas de la Brifor, así como diversas Unidades de la Guardia Civil (Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM), Seprona y agentes de diversas unidades territoriales).

Según los medios de extinción, se han visto afectados 14.500 metros cuadrados (1,45 hectáreas) de vegetación de barranco y algunos pinos y se tuvo que desalojar a los dos investigados, que se encontraban en un cuarto de aperos.

Fruto de la investigación de los agentes y de los vestigios obtenidos, el origen del fuego pudiera estar relacionado por una acumulación importante de estiércol con restos vegetales en la zona, sin cumplir los requisitos legales para ello, tal y como dispone la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados y la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, señala la Guardia Civil en una nota.

Las diligencias instruidas han sido puestas a disposición de la autoridad judicial del Juzgado de Instrucción de Guardia de Granadilla de Abona.

El Código Penal establece penas de prisión de uno a cinco años y multa de doce a dieciocho meses para las personas que incendien montes o bosques y si ha existido peligro para la vida o integridad física de las personas, se castigará el hecho con penas de diez a veinte años de prisión.