La Asociación de Cetáceos del Sur de Tenerife (ACEST) sigue alertando de asentamientos ilegales en la zona costera de La Caleta, en el municipio de Adeje. Se trata de un Sitio de Interés Científico que según los denunciantes se está deteriorando de manera importante. Sin embargo, los 'inquilinos' aseguran que los motivos de la insistencia por echarlos no atienden a razones ecológicas, sino económicas.

La Guardia Civil ya ha procedido en varias ocasiones a desalojar el lugar. En 2016 el Servicio de Protección de la Naturaleza denunció a 62 personas y contabilizó hasta 85 construcciones ilegales. En 2017 se realizó un operativo similar y se expulsó a más de un centenar de infractores, mientras que en 2018 la policía tuvo que obligar a 15 personas a abandonar la playa. En enero de este año el Cabildo se comprometió a poner vigilancia continuada pero el asentamiento sigue existiendo

Sitio de Interés Científico

La Caleta de Adeje está catalogada como Sitio de Interés Científico y por tanto pertenece a la Red Canaria de Espacios Protegidos. Esto se debe a la variedad y la singularidad de su flora y su fauna. Abundan las especies de aves fijas y migratorias, algunos ejemplos son la pardela o la paloma bravía. En cuanto a la vegetación, allí conviven hasta 53 taxones, un 12% de ellos endémicos.

El presidente de ACEST, Higinio Guerra, advierte que la estancia continuada en la playa está afectando al entorno. "Hay pintadas en las rocas, usan las cuevas como residencia con el consiguiente deterioro geológico y paisajístico, hay muebles y colchones por toda la zona, hacen fiestas, encienden hogueras e incluso han montado un chiringuito en una de las chozas".

50 años de convivencia

Higinio también critica que estos asentamientos chocan con la actividad de avistamiento de cetáceos que realiza la asociación. "Nosotros llevamos a nuestros clientes a ver estos animales y a la vuelta hacemos un recorrido por la costa. Solemos parar durante 20 minutos en las playas de Diego Hernández y los Morteros, en La Caleta, para darnos un baño. Pero llegará el día en que esto sea imposible y el deterioro irreparable.

"No hemos tenido encontronazos con esta gente porque no somos quién para decirles nada. Nosotros nos limitamos a llamar al 112 pero nunca han acudido, mientras que el Seprona ha contestado que no tienen competencias. Por lo que tengo entendido, allí pueden actuar costas y el Ayuntamiento de Adeje. Sé que Costas está cerrando chiringuitos en el litoral y sin embargo dejan que crezcan pueblos en entornos naturales", comentó Higinio.

El DÍA ha hablado con algunos de los habitantes de La Caleta para conocer el otro punto de vista, aunque no han querido dar sus nombres. Los más antiguos del lugar recuerdan que los primeros asentamientos se produjeron en torno a los años 70 y que fue tras la muerte de Franco cuando aquello comenzó a parecerse más a un pueblo.

Para ellos, el motivo del desalojo no es ecológico. "Hace tres o cuatro años la Guardia Civil nos dio 15 días para irnos. Cuando terminó el periodo vinieron con unos operarios y prendieron fuego a todas las casetas, pero no recogieron las cenizas ni los escombros. Fueron los propios hippies los que limpiaron y reconstruyeron". Para los inquilinos, las razones son otras: "Lo que hay detrás es un interés económico. La Caleta es prácticamente la única zona del sur con playas vírgenes y quieren construir más hoteles".

"Se trata de un espacio natural, pero luego ves la cantidad de barcos que fondean allí y te preguntas: ¿Por qué ellos sí y nosotros no? Contaminan un montón, y no solo basura sino el humo y el ruido. A veces se paran varios barcos y cada uno pone su música a todo volumen", comenta una mujer que lleva viviendo allí desde los años 90.

"La basura la reciclamos y la llevamos a los contenedores, normalmente por las mañanas cuando subimos a por el pan. Incluso somos nosotros quienes recogemos los residuos de los bañistas. Entiendo que se trata de un espacio natural, pero llevamos décadas conviviendo con él y creo que podemos seguir haciéndolo".