Los productores de uva se preparan en estas fechas para la vendimia que dependiendo de la zona se llevará a cabo a lo largo de las próximas semanas. Este es el momento de recoger el fruto de todo un año de trabajo y de conocer el estado y la rentabilidad de la producción de esta temporada. Sin embargo, en algunas zonas de la Isla los técnicos advierten de que la cosecha puede haberse reducido hasta en un 50%, debido a las condiciones anómalas en cuanto a las temperaturas y precipitaciones a lo largo de los últimos 12 meses. Otras comarcas sin embargo tendrán algo más de suerte y la producción será similar a la de años anteriores o apenas se reducirá un pequeño porcentaje.

Una de las zonas en las que la vendimia de este año será peor a la que se ha registrado en años anteriores será Tacoronte-Acentejo. La gerente del Consejo Regulador de la Denominación De Origen, Mari Paz Gil, explica que desde el inicio de esta campaña "hemos notado que sería un año anómalo", ya que después de la poda -que tiene lugar alrededor del mes de febrero-, "se vio que la cosecha no sería buena".

Esta experta lo achaca a las condiciones climáticas que se han experimentado a lo largo del año en esta comarca, que han sido diferentes a las que les corresponderían en cada estación. "En invierno hubo poco frío ya que en diciembre y enero se registraron temperaturas altas para esta época", apunta. Esta circunstancia origina que "la planta no duerma lo suficiente", por lo que "no hubo buena brotación y la cosecha será escasa".

Las condiciones climáticas que vinieron después tampoco han sido beneficiosas para este cultivo según Gil. "Ninguna estación ha sido la ideal", constata. De esta manera, las lluvias que se registraron en la zona norte de la Isla la última semana de julio y la primera de agosto también han perjudicado a la uva. En verano este fruto necesita sol y calor para madurar de manera correcta por lo que "las lluvias siguen siendo perjudiciales porque no se adecuan a esta época del año cuando debería haber calor y una humedad constante".

De esta manera, las precipitaciones y el mayor grado de humedad pusieron en riesgo los racimos que sí habían conseguido madurar, ya que "propicia la aparición de hongos, que pueden hacer que se pierda la poca uva que hay".

Gil estima que en esta comarca la producción se reducirá este año en un 50%, por lo que vaticina que las bodegas pueden tener problemas "para abrir mercados o surtir a aquellos que ya tenían consolidados".

Sin embargo, la situación en otras zonas de la Isla no es tan preocupante como la que se vive en la comarca norte. El responsable del Consejero Regulador de la Denominación de Origen de Abona, Manuel Rodríguez, afirma que "la cosecha será similar a la del año anterior", aunque reconoce que el número de kilos puede que descienda un poco, sobre todo en las variedades de uva blanca. Aunque advierte que es difícil hacer estimaciones hasta que no se comience la vendimia.

Para Rodríguez la falta de lluvia ha sido el factor principal que puede haber incidido en la ligera reducción de la cosecha en la comarca, una caída que se une a la que ya se ha registrado durante las dos temporadas anteriores. "No ha habido años buenos y esto puede afectar a la oferta de vino", aclara.

De esta manera, expone que "hay ciertos caldos que ya están agotados", porque los productores no pueden dejar de venderle a un comprador determinado y en algunos casos es este el que compra la uva por adelantado para poder hacerse después con todas las botellas.

Sin embargo, Rodríguez advierte que estos son el menor de los casos, pero sí reconoce que algunos bodegueros pueden tener problemas para comprar toda la uva que necesitan para cubrir la demanda.

Una situación que no está condicionada solo por la reducción de las cosechas en los terrenos agrícolas que están en producción, sino también por el abandono de muchas fincas debido a su poca rentabilidad o a la falta de relevo generacional.

Los cambios en el clima y en las condiciones que rodean el cultivo de la viña en la Isla hacen necesarias algunas transformaciones para que la producción de uva continúe siendo rentable para los agricultores. Esto es al menos lo que opina el responsable del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Abona, Manuel Rodríguez, para quien el apoyo a los productores a través de técnicos cualificados debería de ser algo indispensable en el futuro. "Antes se podían sacar adelante la uva con dos manos de azufre, pero ahora se necesitan muchas más", expone, por lo que asegura que es necesario este tipo de asesoramiento para los agricultores.

Él también apuesta por una vuelta a los ciclos de antaño y a una producción mucho más natural sin tantos químicos.

Bajo su punto de vista, la uva sigue siendo rentable ya que su precio ha subido durante los últimos años y tienen mayor estabilidad. Además, se trata de un producto que en la actualidad es muy demandado. "Antes solo se hacía un tipo de vino y muchas variedades de uva no tenían salida, pero ahora el abanico se ha abierto y se pueden vender todas", valora.

Transformaciones para mejorar la rentabilidad