El Cabildo de Tenerife no volverá a celebrar las conocidas como "fiestas de la mortadela", multitudinarios encuentros de mayores organizados por Ansina que en mandatos anteriores fueron tachados por la oposición de ser herramientas de uso político de este colectivo. La nueva consejera de Acción Social, Participación y Diversidad, Marián Franquet (PSOE), asegura que "no se van a volver a realizar", aunque sí recalca que se van a seguir llevando a cabo eventos de ocio y tiempo libre para mayores, pero "dentro de un marco estratégico que nos diga dónde hay que hacerlo y por qué".

Franquet afirma que el fomento de la participación de este colectivo es "algo muy serio" y no se puede solventar únicamente organizando fiestas, sino que se trata de algo que requiere "de técnicas y de especialización".

Para la nueva responsable de Ansina, hasta ahora la organización de actividades para los mayores "funcionaba a golpe de momento y con unas contrataciones que yo cuestiono, y mucho".

Franquet afirma que desde que se incorporó a su cargo -tras el triunfo de la moción de censura que desbancó a Coalición Canaria (CC) del poder en el Cabildo tras más de 30 años- está trabajando para conocer "qué dinero se ha gastado y cómo", ya que asegura que, sobre todo en el último año, "parece que los gastos que se producían no están enmarcados en ningún sitio". La consejera insular indica que se han detectado "actividades sin crédito presupuestario, contratos que no se encuentran e instrucciones verbales, cosas que en una Administración pública no son admisibles".

De hecho, indica que se van a tener que hacer "movimientos de crédito para cubrir gastos que no estaban planificados ni presupuestados y que han dejado un agujero económico".

En este sentido, aclara que a lo largo de los últimos meses se han organizado macroencuentros en el Recinto Ferial y otro tipo de acciones que "yo creo que, además de ser administrativamente bastante cuestionables, me parecen una falta de respeto hacia nuestros mayores".

Por eso, el nuevo equipo responsable de Ansina en el Cabildo está estudiando la situación, pero Franquet reconoce que se han detectado cosas "que resultan sorprendentes".

Bajo su punto de vista, en Ansina faltaba coordinación y había bastante desorden en la ejecución. Por eso, "estamos intentando entender cómo se funcionaba para tratar de reconducirlo, porque es algo muy necesario".

La consejera insular de Acción Social aclara que la continuidad del programa de atención a mayores "está garantizada", pero también recalca que "va a haber cambios profundos y se le va a dar un giro importante".

A pesar de que se trata de un programa que "mueve a muchas personas", la mayor parte son asociadas, pero "se quedan fuera las que no lo están, y esto tiene que cambiar". Además, Franquet indica que "no llegaba igual a todos los rincones de la isla" y afirma que "no había criterios de planificación ni un marco estratégico que incluyera cuál es el modelo de ocio".

La consejera socialista explica que su intención es canalizar a través de Ansina otro tipo de acciones que en la actualidad no se están desarrollando, como un programa de lucha contra la soledad.

Apuesta para recuperar el objetivo principal de Sinpromi

"Sinpromi está funcionando más como una empresa prestadora de servicios que como una entidad que tiene que trabajar por la inserción laboral de las personas con discapacidad". Así lo considera la nueva consejera insular de Acción Social, Marián Franquet (PSOE), que en este mandato tratará de reconducir este organismo para que sirva para cumplir principalmente con el objetivo para la que fue creado.

Aunque Franquet reconoce que ese objetivo sigue existiendo, a lo largo de los años se han ido incluyendo otras líneas de trabajo, "algunas con más sentido que otras". De esta manera, afirma que el Cabildo hacía encomiendas a Sinpromi para gestionar determinadas cosas "que no tengo claro que realmente tengan que ver con el objetivo de Sinpromi y lo que queremos potenciar". La consejera pone como ejemplo el programa Tenerife Solidario, "que no es malo, pero no tiene nada que ver con personas con discapacidad o solo en algunas actividades".

De esta manera, bajo su punto de vista "se utilizaba una estructura administrativa que venía bien, porque el Cabildo como ente central tiene una serie de trámites administrativos que son engorrosos y a veces hacen imposible ejecutar determinadas cosas".

Por eso, bajo su punto de vista, este organismo se tiene que acercar mucho más a los colectivos "no a través de actividades, sino para escucharlos y planificar las cosas junto a ellos".

Bajo su punto de vista, Sinpromi "se ha utilizado en algunos casos políticamente, y eso me disgusta mucho", y considera que "se ha usado a las personas con discapacidad con otros fines". Estas son prácticas "que hay que eliminar radicalmente", aunque Franquet entiende que no son mayoría y que hay otras áreas que "trabajan con personal cualificado y muy bien".

Ella se ha marcado el objetivo de "quitar lo malo y reconducir aquello que se esté haciendo mal", y, aunque el origen de esta entidad era la inserción laboral, "este se puede ampliar, pero siempre centrados en las personas con discapacidad".

Para la consejera insular, lo que hay que intentar en cuanto a la inserción laboral de este colectivo es "promover que estas personas sean contratadas por las empresas", pero insiste en que lo que se ha estado haciendo hasta ahora es contratarlos a través de Sinpromi, que a su vez se oferta para prestar un servicio a empresas externas, haciendo "una competencia que como mínimo chirría".