A diferencia de otros niños, el güimarero Jaime Estévez jugaba de pequeño con cuidar las iglesias, una vocación que cultivó su abuela desde pequeño y que hace 28 años tuvo la oportunidad de desarrollar como camarero de la Virgen de Candelaria, cuando el recordado dominico Jesús Mendoza le propuso vestir a la Patrona General de Canarias. En esta tarea no estuvo solo, sino que encontró el apoyo y el aliento de Clementina, otra feligresa de la parroquia de Santa Ana, incondicional en el equipo de trabajo de la Basílica. Un consejo marcó los inicios de Jaime Estévez: "Fíjate cómo la desvistes para que la vuelvas a vestir".

De forma anecdótica recuerda que la primera vez que afrontó esta tarea le quedó el pelo de la Virgen por fuera del rostrillo, algo que inmortalizan algunas fotografías de entonces. Durante casi treinta años, Jaime Estévez ha tenido la responsabilidad de tener a punto a la Patrona, ya sea con motivo de las visitas que ha realizado a Santa Cruz y La Laguna -como la que se celebró hace menos de un así-, así como las solemnidades o los tiempos litúrgicos.

Para estas fiestas de agosto, y después de los numerosos cambios de ropa que mostró la Patrona en la peregrinación de octubre pasado, Jaime Estévez ha elegido el "Tisu", uno de los mejores trajes que posee la Virgen de Candelaria, que, con más de cincuenta años de antigüedad, está bordado con muchas de las joyas que a modo de promesas ha recibido la Morenita. También sopesó la posibilidad de que la Patrona vistiera otro de sus favoritos, el traje rosado, pero lo descartó por el tiempo que hace, dice, en referencia a las altas temperaturas de estos días, a la vez que cruza los dedos para que el viento no impida que la imagen pueda salir en las procesiones previstas para estos días.

Desde la humildad que le lleva a rechazar el protagonismo que le otorgan las fotografías, y la generosidad, que le permite dedicar horas sin mirar el tiempo -a costa incluso de dejar en el olvido su floristería Leomami-, Jaime destaca la colaboración de su equipo de trabajo, formado por Enrique, Laura y Eloy.

Desde el pasado domingo, la Virgen de Candelaria ya está preparada para los actos populares que viven hoy y mañana sus momentos de mayor presencia de peregrinos. Pero a Jaime no le pasa desapercibido cada detalle, como las medallas corporativas que la acreditan como alcaldesa honoraria de la Villa de Candelaria, o el estreno en estas fiestas de agosto del bastón de mando como presidenta honoraria que recibió de manos de Carlos Alonso en la peregrinación de octubre a Santa Cruz y La Laguna y que se ha colocado a sus pies. Otro detalle, el color de las flores, blancas, con un toque rojo que recuerdan el fajín de capitán general. Como si de una hoja de ruta se tratara, el camarero de la Virgen ha planificado cada detalle. El pasado domingo, la colocación de la Patrona General de Canarias junto al presbiterio de la Basílica de Candelaria, ayer, los últimos retoques de los ramos que concluía en el claustro del convento de los padres dominicos, agradecido a la confianza que disfruta del prior, Daniel López, desveló que seguirá esta tarde en el traslado a la plaza o en el repaso previo a la eucaristía de mañana, en cada encuentro de la Señora de Canarias con los peregrinos.