Los trabajadores despedidos por la empresa concesionaria del complejo deportivo y piscina municipal de Santa Úrsula, Eulen, se concentraron ayer a las puertas del ayuntamiento para exigir la reapertura de la instalación y la recuperación de sus puestos de trabajo. El portavoz de los 15 despedidos, Damián Pérez, subrayó ayer que la plantilla "peleará hasta el final" por sus puestos de trabajo.

Una veintena de personas, entre empleados y usuarios del complejo, se reunieron en la entrada principal del consistorio para expresar su malestar con una situación en la que se han sentido "engañados y manipulados tanto por la empresa como por el ayuntamiento".

"Hemos dado la cara en todo momento ante los 1.100 usuarios del complejo. El sábado perdimos nuestros puestos de trabajo, pero el municipio de Santa Úrsula, y también otros de alrededores, han perdido algo tan importante como una instalación deportiva que contribuye a mejorar la salud de sus usuarios", lamentó Pérez.

"Nos dieron carta libre para organizar las actividades y los campamentos de verano y, de un día para otro, nos vemos en la calle y todo suspendido", explicó.

Para los afectados, lo pero de su situación actual es "la incertidumbre". Este martes se reunieron con el alcalde, Juan Acosta, y otros ediles del grupo de gobierno, "pero sólo obtuvimos una declaración de buenas intenciones, porque no nos garantizan la conservación de nuestros puestos de trabajo".

"Nos protege el convenio estatal y vamos a llegar hasta el final por conservar nuestros empleos. La ley nos ampara", advirtió Damián Pérez.

El primer teniente de alcalde de Santa Úrsula, Santiago Pérez (AISU), y la concejala de Deportes, Salomé Fernández (AISU), lamentan la situación del complejo deportivo, pero aseguran que no se puede lograr una solución a corto plazo y que la única salida es "volver a licitar el servicio", un proceso que durará varios meses.

Pérez y Fernández detallaron que Eulen ni siquiera ha formalizado la entrega de llaves, "por lo que la instalación sigue, legalmente, en manos de la empresa".

De los 16 trabajadores que quedaban en la piscina hasta el sábado 29 de junio, sólo una ha sido recolocada por Eulen en otro servicio. Los otros 15 han sido despedidos con el argumento de que la concesión de la piscina, dotada con cafetería y gimnasio, generaba pérdidas. El canon mensual que pagaba Eulen por gestionar esta instalación de casi mil metros cuadrados era de apenas 1.500 euros.