Una joven catalana ha iniciado una campaña a través de la plataforma virtual de recogida de firmas Change.org para tratar de ilegalizar el baño de las cabras en el mar, una tradición de origen ancestral que cada 24 de junio se celebra en la playa del muelle del Puerto de la Cruz. La iniciativa, que comenzó hace una semana, había logrado hasta la tarde de ayer casi 700 firmas de apoyo.

La petición, que amenaza la continuidad de una tradición que a punto estuvo de perderse en el siglo XX, señala que "en el Puerto de la Cruz, una vez al año, en el día de San Juan, miles de cabras y algunos caballos pasan por una tortura innecesaria. Son cogidas por los cuernos y llevadas a la fuerza hasta el mar, donde se sumergirán para purificarlas. Las cogen de la cabeza o de los cuernos y las sumergen a la fuerza en el mar. Pasan mucho agobio, nervios y miedo. Sólo se escuchan las cabras chillar. Es una tradición antigua y sin sentido que para todos esos animales es un infierno. Por favor, paremos esto".

Esta petición de ilegalización del baño de las cabras, que está dirigida erróneamente al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, tiene como precedente las críticas que, en julio de 2018, dedicó a esta tradición el Partido Animalista (Pacma), que entonces arremetió contra el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz por "continuar permitiendo actividades de nula trascendencia cultural y educativa, como el baño de las cabras en el mar, que además supone un perjuicio para los animales".

Pacma tildó el año pasado a este rito como "un desagradable espectáculo en el que los animales son arrastrados por los cuernos, las orejas y las patas al agua por ganaderos, que luego los sumergen en varias ocasiones para rendir culto a la fertilidad".

Este partido lamentaba que "se antepongan las tradiciones y costumbres ancestrales al respeto por los animales".

Fuentes vinculadas a la organización del baño de las cabras lamentan este tipo de iniciativas contra una tradición que "no representa ningún tipo de maltrato a los animales. Se obliga a las cabras a entrar en el mar, pero no sufren daños y ese baño anual beneficia su salud". Estas fuentes se preguntan si "también van a acusar de maltrato al dueño de un perro que lo baña aunque no quiera".