Escolástico Gil comienza su segundo mandato al frente del Ayuntamiento de El Rosario. Gobernará en pacto con Sí Se Puede (SSP), que le ha brindado el concejal que le faltaba a su partido local, Iniciativa por El Rosario-Verdes (IR-Verdes), para la mayoría absoluta. Por delante tiene cuatro años y un listado de retos entre los que se encuentran el Plan General de Ordenación (PGO), los humedales de Lomo Pelado, la rehabilitación del polígono de La Campana o la actuación en la calle El Sol.

¿Se esperaba los resultados que obtuvo el 26 de mayo?

Política es política y, aunque tenía buenas sensaciones y habíamos trabajado mucho, hay que ser humilde y esperar a que los vecinos hablen. Yo pienso que hemos recogido el trabajo del gobierno durante cuatro años, que fue mucho y bueno. Creo que esa es la explicación a los muy buenos resultados que tuvimos, rozando la mayoría absoluta.

¿Cree que el pacto con Sí Se Puede le permitirá gobernar con más tranquilidad que durante los últimos cuatro años?

El escenario es más tranquilo, y el gobierno se enriquece con una ingeniera técnica como Beatriz Díaz, que ya formó parte del pacto del mandato pasado y cuyo trabajo siempre he valorado públicamente.

¿Fue difícil reconducir la relación con SSP después de que se fuese tensando durante el final del mandato y la campaña?

Pues no. Se dijeron las cosas que se tenían que decir, pero tampoco ha habido nada insalvable en ningún momento. La decisión tanto de IR-Verdes como del alcalde era reeditar, si era posible, el pacto con Sí se Puede.

A grandes rasgos, ¿cuáles son los principales retos que tiene por delante?

Tenemos retos importantes, como el PGO sostenible; poder desarrollar el anteproyecto que, junto con el ITC, queremos llevar a cabo de humedales de Lomo Pelado; acabar los grandes proyectos que el Cabildo de Tenerife ha acordado con el municipio, como el polígono de La Campana y la calle El Sol; darle salida a la reparcelación de Tabaiba Alta y Media, y todas las cuestiones del abastecimiento de agua y saneamiento.

El Charco de Tabaiba, que fue de los proyectos con el Cabildo que quedaron terminados, se ha convertido en carne de críticas en las redes sociales. ¿Cuál es exactamente el problema? ¿Hay prevista alguna solución?

Cuando hay marea alta no tiene ningún problema, sino que este se ha producido por la información que en su momento se dio de que siempre iba a estar lleno, si bien ahora, por las mareas, cuando está baja no se llena. Habrá que buscar una solución. Yo creo que la gente disfruta mucho la piscina natural de Tabaiba y del arreglo que se ha realizado del entorno. El respaldo al gobierno en Tabaiba, tanto Baja como Media y Alta, ha sido importante, y eso quiere decir que las críticas en las redes están muy bien, pero que la gente también está contenta con el esfuerzo que se ha hecho en la zona.

El grupo de gobierno se ha subido el sueldo. ¿Cuáles son los motivos para el aumento?

Hicimos un gran esfuerzo en 2015 bajándonos el salario el 50%, pero en este mandato hemos incorporado al gobierno concejales técnicos muy cualificados, lo que nos ha llevado a tener que subir los sueldos. Aún así, soy el cuarto alcalde que menos cobra de la provincia con dedicación exclusiva, muy por debajo del límite legal, y de los regidores locales de municipios similares al mío, e incluso más pequeños. La subida de todo el gobierno solo supone 16.000 euros anuales.

Ahora que el gobierno insular está en veremos, y dada la buena sintonía que ha tenido con su presidente y los fondos conseguidos de esta institución, ¿le preocupa que no continuase Coalición Canaria?

Vamos a ver... Yo no tengo ninguna animadversión hacia otros candidatos al Cabildo; al contrario, tengo muy buena relación con el PSOE y con su candidato, y con el del PP. Lo que no deja de reconocer este alcalde es la gran suerte que ha tenido El Rosario estos cuatro años, en los que ha habido inversiones previstas casi rozando los 25 millones de euros. Y como es de bien nacidos ser agradecidos, no queda otra cosa que agradecerle al que todavía es presidente del Cabildo el gran esfuerzo que ha hecho por este municipio.

Decía que la relación con el líder del PSOE en el Cabildo es buena, pero ¿cómo se lleva con el partido de forma más general?

Yo tengo buenas relaciones con el PSOE, lo que pasa es que existen unos condicionantes a nivel local y ha habido aquí otras actuaciones por parte de otros estamentos que no han sido lo que un alcalde hubiese deseado. Pero cada partido toma sus decisiones. Eso sí, mis relaciones con la Ejecutiva insular del PSOE y con su secretario general siempre han sido cordiales y buenas.

En agosto de 2017, en otra entrevista en este periódico, decía que no conocía a Ángel Víctor Torres. ¿Ya lo conoce?

No, personalmente no lo conozco. Ha venido al municipio un par de veces, pero ni he hablado nunca con él ni se ha dirigido a mí.

Dos de los fichajes de IR-Verdes procedentes del PSOE, Sara Cabello y Juan Jesús del Rosario, aglutinan prácticamente todas las áreas de peso del ayuntamiento: la Primera Tenencia de Alcaldía, Hacienda, Recursos Humanos, Seguridad Ciudadana y Protección Civil, Urbanismo, Obras e Infraestructuras, Deportes y algunas concejalías menores. ¿Por qué decidió esa apuesta?

Considero que he hecho un gobierno de técnicos y que está equilibrado. Para mí las áreas son tan importantes unas como otras. El ayuntamiento funciona en equipo y el gobierno, también. Las áreas que he destinado a la primera teniente de alcalde y portavoz de IR-Verdes y al concejal de Urbanismo son con base en los perfiles que tiene cada uno: son técnicos muy preparados y con una trayectoria importante.

¿Hasta cuándo se ve en política?

De momento, hasta 2023. En principio me veo hasta ahí, y ya veremos. La vida cambia mucho de un mes para otro.

Al finalizar este mandato llevará ocho años en el cargo. ¿El máximo cuánto sería?

Doce años.