El discurso del consejero de Ciudadanos, Enrique Arriaga, fue ayer uno de los más esperados, puesto que en los dos representantes de esta formación está la llave que dé estabilidad a un Gobierno insular con el nacionalista Carlos Alonso al frente o bien posibiliten con su voto una mayoría que permita una moción de censura encabezada por el socialista Pedro Martín.

Arriaga comentó durante sus palabras, tras su toma de posesión como consejero insular, que decidió entrar en política porque consideró que "era el momento de dejar de lado las críticas y dar un paso al frente, para intentar aportar mi granito de arena en un cambio que se hacía imprescindible".

Funcionario de la corporación insular, para Arriaga su propio nombramiento supone "mucho a nivel personal por el respeto y cariño que le tengo a esta Institución".

Arriaga aseguró que el proyecto de Ciudadanos "es un proyecto sólido, de gestión, orientado a las necesidades reales de la Isla, que no responde ni al clientelismo ni a los chiringuitos políticos". Por eso, apuntó que llegan al cabildo para "afrontar la búsqueda de soluciones a los problemas reales de la gente", y por eso indicó que "trabajaremos sin descanso para conseguir llevar a cabo nuestras líneas programáticas". Aún así recalcó que "el interés de Tenerife debe estar por encima del color político", y por eso "todos debemos trabajar en la misma línea para mejorar nuestra Isla".