La Asociación de Alfombristas de La Orotava, presidida por Leo Rodríguez, volvió a sembrar el pasado sábado la semilla del futuro de las alfombras. Después de casi 25 años, este colectivo, encargado de la organización de la explosión de arte efímero del día de la Infraoctava del Corpus villero, volvió a reunir a más de 60 menores en el Día del Niño y la Niña Alfombristas. Una jornada lúdica y educativa cuyo principal objetivo es inocular a las nuevas generaciones la pasión por una de las tradiciones más arraigadas de la Villa: las alfombras de flores y brezo que cubren las calles del casco para la esperada procesión del Corpus Christi.

Leo Rodríguez detalla que los pequeños, desde bebés hasta mayores de 12 años, tuvieron la posibilidad de conocer todo el proceso de la elaboración de las alfombras, "pero concentrado en apenas tres horas". Participaron en el deshoje de las flores, durante el que descubrieron distintas dificultades, colores, texturas y grados de delicadeza; aprendieron términos como corrido, tapiz o zaragata; les enseñaron a usar los moldes de madera y metal que ayudan a elaborar algunos diseños, e interpretaron, con su particular paleta de colores, uno de los bocetos de la primera alfombra del Corpus que hace un siglo elaboró en la plaza del consistorio el alfombrista Felipe Machado.

Tras el deshoje, los menores pudieron aprender las técnicas para echar el brezo o componer, pétalo a pétalo y color a color, esta muestra de las alfombras villeras.

"Es un día en el que, de forma excepcional, incluso les dejamos que sean ellos mismos los que pisen un recorrido que el próximo 27 de junio estará reservado al paso de la procesión del Corpus Christi. Nuestra intención es que se acerquen a esta tradición, le cojan el gusto y el jueves de las alfombras vayan también a colaborar en la confección del corrido de los jóvenes alfombristas, también en el entorno de la parroquia de La Concepción", explica Leo Rodríguez.