Damián Pérez Viera es alcalde de Fasnia desde junio de 2011, fecha en la que también ganó por mayoría absoluta la Presidencia de la Corporación. No pensaba presentarse a estas elecciones, pero cuando vio que en Coalición Canaria volvía Pedro Hernández Tejera, a quien arrebató la Alcaldía hace ocho años, no se lo pensó mucho y ha vuelto a encabezar y ganar los comicios en ese ayuntamiento sureño. Está retirado de la docencia, trabajo con el que se ha recorrido la geografía tinerfeña y que aún siente.

¿Cómo ha visto cambiar Fasnia en estos ocho años que lleva de alcalde?

Yo pienso que ha cambiado mucho a lo largo de este tiempo, sobre todo después de ver lo que hacía la anterior corporación, que lo que trataba era de desunir con el fin de obtener algún tipo de rédito, no sé si político o de otro tipo, y lo que sí hemos hecho y conseguido es unificar y que todos los barrios y el casco participen en las actividades que se programan. Ese ha sido uno de los logros. En cuanto a lo económico, a partir del 2011 la situación fue bastante complicada, porque no se movía dinero por la crisis, pero a partir de ahí se han ido realizando cosas, no todas las que nos hubiera gustado hacer, porque a veces esto funciona por el color político que manda en el Cabildo y en el Gobierno de Canarias. A pesar de todo, hemos hecho algunas cosas, otras aún están pendientes.

A los que no somos de aquí, Fasnia nos parece un territorio por el que transitamos por la autopista, pero de los olvidados. ¿Tiene esa percepción?

Así es. Esa siempre ha sido nuestra lucha, que la gente pasa por la TF-1 y nos ve muy lejos. Ocurre con nosotros y con otros municipios más grandes. Lo que es Granadilla casco, no tiene el movimiento que tenía antes; Arico también está un poco alejado y le pasa un poco como a nosotros. Los que tienen playa cerca son más conocidos, pero el resto no contamos. Encima, al ser pueblos pequeños, lo recursos son más limitados, son mínimos y tenemos que intentar agarrar lo más posible y gestionar muy bien, no nos podemos equivocar. Esto nos lleva a pensar que no siempre contamos todo lo que hacemos con esos recursos, porque priorizamos otro tipo de cosas antes que la difusión de la gestión. No tenemos un gabinete de prensa para contar al exterior lo que se hace.

En asuntos plenamente municipales, como el saneamiento, ¿cómo está Fasnia?

Hemos tenido de todo. La parte baja del municipio, la costa, Las Eras está conectada a una depuradora que se comparte con Arico, el núcleo de Los Roques ha dado unos problemas tremendos a lo largo de los años y se nos llegó a complicar con el asunto de las microalgas; fue a raíz de eso cuando se destaparon las conciencias y, aunque teníamos una depuradora, a través de emisarios submarinos todo iba al mar. Todo esto lo hizo la anterior corporación, sin ningún tipo de autorización para los vertidos. Cuando comenzaron los problemas no nos ha quedado otra que buscar soluciones. Afortunadamente, una de las obras que están a punto de terminar es la conexión de la depuradora de Los Roques, porque durante este tiempo hemos estado sacando los residuos de esa urbanización con cubas, lo que nos cuesta unos ocho mil euros mensuales, que sangra una economía como la nuestra de una manera increíble, pero no nos ha quedado más remedio, porque si seguíamos tirando al mar nos sancionaban e, incluso, podríamos incurrir en alguna responsabilidad penal. No nos ha quedado más remedio que hacer este tipo de actuaciones hasta que entre en funcionamiento la nueva depuradora.

Este es un asunto en el que se puede notar la mano del Cabildo, ¿cómo les trata en este tema?

El Consejo Insular de Aguas es el que está haciendo la obra. Nosotros no podíamos conectarnos a una comarcal, porque estamos muy lejos de Güímar y de Arico y eso supondría un coste añadido, menos mal que, por lo menos, han tenido la conciencia de apoyarnos en esa dirección y estamos haciendo una depuradora que tiene fecha de entrega. Esta sería la solución para el litoral. En la zona del casco es diferente, porque es un censo no superior a los dos mil habitantes y ahí no se obliga a tener saneamiento, pero vamos a intentar otras soluciones menos costosas. Me preocupa más la escasez de agua potable, de galerías y demás, porque ahí sí habrá que hacer inversiones en un plan de cooperación con tanques y depósitos y redes de distribución de agua.

Lo que pasa, alcalde, es que tampoco la solución son los pozos negros

Siempre se ha hecho así, lo primero a construir en cada casa era el pozo negro y que todo ello vaya al subsuelo, lo que pasa es que son cantidades que en viviendas pequeñas no provocan esa gran contaminación y, por tanto, no tienen esa gran trascendencia. Lo que pasa es que este asunto habrá que hablarlo y ver los costes, porque lo que ahora manejamos, de llevarlo todo a Los Roques, supera los tres millones de euros y para eso no tenemos dinero. Además, nuestra orografía nos perjudica, por la cantidad de barrancos que habría que cruzar, con muchas estaciones de bombeo y con el coste añadido que eso supondría en mantenimiento. Es un problema grave y de difícil solución.

Entonces, ¿cuál será el principal proyecto que usted acometerá durante este mandato?

Tenemos dos temas principalmente que están atravesados. Uno es el del antiguo cine, porque no disponemos de un espacio cerrado que pueda albergar a cierta cantidad de público. Este edificio es ahora del Gobierno de Canarias y desde el 2012 estamos pidiéndole la cesión, pero todavía no nos han contestado. Esta es una batalla continua con múltiples gestiones ante el Cabildo y el Gobierno regional, pero no hay manera de desbloquearlo. Nosotros lo que queremos es una cesión permanente para convertirlo en un espacio multicultural, que sirva para ver cine, para representaciones de teatro y de lugar de ensayo para la banda de música y espacio para los diferentes colectivos culturales que auspicia el ayuntamiento. Es un proyecto necesario e importante para nosotros. El otro asunto es acondicionar el litoral, el que va entre Las Eras y Los Roques, un lugar que necesita reforma en un rompeolas y en la zona de baño y para el que tenemos un proyecto prácticamente terminado. En Los Roques hay una playa de arena estupenda, que atrae a mucha gente, pero que hay que arreglar, lo mismo que una piscina, a la que el mar ha ido entrando y rompiendo. Para esa zona tenemos un proyecto de remodelación con un paseo que les conecte entre sí, que incluye un túnel y proteger el risco, con el fin de recuperar una zona que está inhabilitada por unos derrumbes que llevaron a presentar, incluso, una denuncia. Las viviendas que están en ese lado y la ermita presentan un gran nivel de deterioro. Esto lo necesita Fasnia con urgencia, porque se podría explotar turísticamente.

¿Usted cómo ve un cambio en la Presidencia del Cabildo?

Si lo miramos bajo el interés político, digamos que sí. Aparte de que mi ideología está clara y me gustaría que fueran compañeros socialistas los que gestionaran el Cabildo, no solo por esto, sino porque, a lo mejor, es el momento de darle un cambio a esa corporación. Sinceramente, con algunos he tenido problemas, pero de otros hemos recibido muchas ayudas, tanto por parte de Carlos Alonso como de varios consejeros. A mi no se me caen prendas por decir que han ayudado, aunque si ahí están los compañeros de partido, será más fácil.

¿Cree que le ha pasado factura a CC las críticas sobre las carreteras y en sanidad?

Yo creo que sí y, además, el poder desgasta. A veces se toman decisiones que no son del agrado de todos. Lo de las carreteras se les ha ido de las manos, su inacción, sus promesas y, en sanidad, otro tanto con los hospitales del Norte y del Sur. Además, está el asunto de la corrupción con miembros del partido en la cárcel.

¿Ha puesto usted plazo fijo para su retirada?

Tenía previsto acabar al finalizar este mandato, pero bueno, han sido muchas las presiones que he recibido para que no lo dejara, de compañeros y de personas del municipio, y, a pesar de que le había prometido a mi familia que lo dejaba -aquí tengo a mi mujer mirándome-, no lo he podido cumplir. También se me han ido cuatro compañeros que dentro del grupo tenían cometidos importantísimos. Esta era una candidatura de gente joven a la que hay que mover y rodar y que los vayan conociendo y ganando la confianza de los ciudadanos.