U n espacio repleto de libros y solidaridad. Esta es la idea de la iniciativa Un contenedor de letras, puesta en marcha en varios centros educativos de la Isla a través de la que se enviarán a los jóvenes de la aldea africana de Akonibe libros de texto que podrán utilizar para ampliar sus conocimientos y mejorar su acceso a la educación. Una iniciativa, promovida por la Asociación sociocultural de Ecuatoguineanos en Tenerife, que después de dos años de andadura, ya se encuentra en su recta final, y se prevé que el contenedor de letras parta hacia su destino africano durante este mes de junio.

El proyecto comenzó a gestarse en mayo de 2017, cuando se celebró en la plaza de San Isidro, en Granadilla de Abona, la séptima edición del Open Space Intercultural, un acto impulsado por la estrategia Juntos en la misma dirección. Un grupo de ecuatoguineanos empujados por el deseo de garantizar una educación mejor a las generaciones venideras de su tierra de origen, -justo esa enseñanza de la que ellos no pudieron disfrutar cuando eran niños y adolescentes-, llevan a cabo una propuesta innovadora pero, ante todo, solidaria e ilusionante. La idea, un contenedor repleto de libros de texto y de lectura como herramienta idónea para mejorar la educación de cientos de estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato de una zona rural de Guinea Ecuatorial. Una fuente de conocimiento que le brinde a los jóvenes de la aldea de Akonibe una posibilidad de la que, por ejemplo, no pudo disfrutar Melibea Nguema, presidenta de la Asociación sociocultural de Ecuatoguineanos en Tenerife, colectivo impulsor de la iniciativa.

El objetivo era que centros educativos de la Isla se implicaran en la recogida de los libros y que después estos fueran enviados a este punto del continente africano.

Para poder llevarla a cabo, se realizaron talleres en los centros educativos para concienciar sobre el proyecto. El Colegio Nuryana, el CEIP Igueste, el Colegio Calasanz, el IES Punta Larga, el CEIP Guayonge de Tacoronte y el Colegio de Araya han sido los centros que han colaborado con la iniciativa, además de la organización Grupo de Participación Infantil Amiguitos y Amiguitas.

Profesores, alumnos y familiares han prestado su ayuda durante los últimos dos años reuniendo los libros de texto que se enviarán al país centroafricano este mes. Una ayuda que granito a granito ha ido colmando el contenedor de letras.

La presidenta de la asociación promotora de la iniciativa, Melibea Nguema, explica que "cada cuatro años, los libros de los colegios suelen cambiar de editorial. Además de los que la gente tiene en sus casas guardados en cajas y que nos los han dado también". Un proyecto que ha desatado tal ola de solidaridad que Nguema reconoce que han tenido que descartar ayuda de más familias interesadas por colaborar al verse desbordados de libros. "Les teníamos que decir que ya no era posible porque teníamos el contenedor lleno", afirma.

Bajo su punto de vista, la iniciativa ya ha conseguido lo más difícil "recoger los libros en estos dos años y recaudar los fondos para poder afrontar el envío". Por lo que, ahora "solo nos queda lo más fácil, por decirlo así, que es mandarlos a Akonibe. Si después vemos que son muchos libros para esta zona pues irán a otras partes de Guinea que no son tan rurales, pero donde también les serán útiles".

El presupuesto del que ha dispuesto el colectivo para costear el proyecto ronda los 5.000 euros, siendo completado parte del mismo con la realización de diversas actividades: senderos teatralizados en el monte para niños en familia que concienciaban sobre el medio ambiente, una carrera solidaria , crowfunding?

En el contenedor no solo viajarán libros de texto sino que también se ha aprovechado la oportunidad para incluir novelas con las que se crearán clubes de lectura, para potenciar esa actividad entre los jóvenes de esta zona del país africano.

La ilusión, la expectativa y, sobre todo, la ambición por adquirir más conocimiento ya aguarda en los niños y jóvenes de la aldea de Akonibe, que serán los protagonistas de una historia que pudo haber empezado en el pasado cuando Melibea y sus compañeros de la asociación aún eran pequeños, pero que, al no poder haber tenido esa oportunidad, han querido empezar a escribirla a tiempo y darle esa oportunidad a sus pequeños compatriotas.

"Es algo muy grande para nosotros poder contribuir a que estos niños, que aún están creciendo y que tienen esa necesidad de ser enseñados, tengan esta posibilidad, dada la importancia que tiene la educación en estas edades. Con lo que hemos hecho hasta ahora estamos supercontentos", asegura Melibea.