El tubo volcánico más grande de la Unión Europea y quinto del mundo está en Icod de los Vinos y se formó hace 27.000 años con las lavas de la primera erupción del volcán Pico Viejo. Esta cavidad volcánica, conocida como la Cueva del Viento por las corrientes de aire que se forman en su interior, tiene 18 kilómetros topografiados y alberga 190 especies conocidas, la mayoría invertebrados, de las que 15 fueron en su día nuevos descubrimientos para la ciencia. El gran atractivo de esta gruta esculpida por la lava en movimiento atrae ya a casi 27.000 visitantes al año. Una cifra que está muy cerca del límite que puede soportar su pequeña parte visitable.

La consejera insular del área de Museos del Cabildo de Tenerife, Amaya Conde, reconoce a El Día que el número de visitantes registrado en 2018 "no sitúa ya muy cerca del máximo, puesto que hemos pasado de una media de unas 10.000 visitas anuales a las casi 27.000 del año pasado, 5.000 más que en 2017. Un aumento motivado sobre todo porque ahora es posible reservar una visita al interior de la Cueva del Viento los siete días de la semana".

Para poder incrementar el número de visitantes sin dañar la cueva ni la calidad de las visitas, Conde adelanta que el Cabildo trabaja en la idea de "adquirir bocas en otros tramos deteriorados de este tubo volcánico para recuperarlos y destinarlos a visitas más cortas y turísticas que la actual. Un objetivo que se plantea a medio plazo".

"No se trata de visitar zonas vírgenes de la Cueva del Viento, sino de recuperar tramos que ya están degradados y que sería necesario recuperar", apunta Conde.

Desde su apertura en junio de 2008, por el tramo visitable de la Cueva del Viento, de apenas 250 metros, han pasado ya más de 125.000 visitantes.

La Cueva del Viento es un tubo volcánico único debido a que sus galerías se extienden en tres niveles superpuestos, cuenta con numerosas ramificaciones aún sin explorar y presenta una gran variedad de estructuras de origen primario como estalactitas de lava, cascadas lávicas, terrazas laterales o lagos de lava. A su belleza física se une un alto valor ecológico, científico y arqueológico, por tratarse del hogar de especies únicas, como la cucaracha sin ojos loboptera subterránea, y albergar restos de enterramientos guanches y fósiles de vertebrados ya extinguidos en la Isla como la hubara o la rata y el lagarto gigantes.

Museos de Tenerife se encarga de organizar las visitas guiadas, de dos horas de duración y en grupos reducidos de unas 15 personas. Visitas que deben reservarse con antelación (www.cuevadelviento.net) y que se inician en el centro de visitantes de la calle Los Piquetes, en la zona alta de Icod.

Conde señala que el Cabildo prepara la mejora del actual centro de visitantes, "aunque el objetivo a medio plazo es encontrar una nueva ubicación para edificar un centro más atractivo y adecuado".