El estand de Gestión del Medio Rural (GMR), sociedad adscrita a la Consejería regional de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, permitió conocer ayer, en la última jornada del 6º Salón Gastronómico de Canarias-GastroCanarias 2019, el trabajo de un empresario afincado en las Islas que ha conseguido plasmar en cuatro modalidades de cerveza artesanal las recetas que ha recopilado por diversas partes del mundo.

Hace unos años, Andrés Alonso conoció en Estados Unidos el boom de este producto que se concibe por aquellos lares como una filosofía que valora el líquido y que deja en segundo plano la marca, para darle mayor importancia a la historia del elaborador. Tras volver a Tenerife decidió formarse en técnicas y métodos con los que construyó Vagamundo.

Para la puesta en el mercado de este producto hecho en Canarias, valora el apoyo que recibe del Gobierno regional, a través de GMR y Volcanic Xperience, que le facilita la promoción y el acercamiento a algunos clientes que de otra forma no podría conseguir, como las grandes cadenas de supermercados: "Ha sido una ayuda impresionante para mí, porque figurar en esos establecimientos y participar en ferias como esta me permiten que se dé a conocer, no solo aquí sino en el resto de España y en Europa", explicó a El Día.

En un futuro cercano espera contar con fábrica propia, ya que por el momento alquila instalaciones que hacen realidad sus ideas. Asimismo, aunque cuenta con distribuidores, él mismo se encarga de acudir a cada punto de venta para ofrecer catas de sus cuatro variedades, la Belgian Blanche, de trigo y aromas y sabores cítricos provenientes de la piel de la naranja; la Irish Red, roja con aromas y sabor a maltas caramelo y tostados; la American Pale, ámbar y con un amargor ideal para acompañar sabores intensos o picantes, y la India Pale Ale, con aromas herbáceos y a frutas tropicales.

Aunque más cara que la cerveza industrial, la artesanal ofrece, según Alonso, la ventaja de que carece de conservantes y colorantes, y al estar fabricada en las Islas llega más rápido y en mejores condiciones al consumidor.

Frente al vino, el especialista defiende que la cerveza, en particular las variedades muy lupuladas, se puede maridar con un espectro más amplio de comidas, como es el caso de las picantes, ya que el vino, por su astringencia, pierde su sabor, mientras que la cerveza lava la boca y permite seguir comiendo. "Ese dulzor y tono afrutado al final te permite seguir disfrutando, esa es la magia del maridaje, que puedas comer y que puedas beber una y otra vez".

La jornada de ayer en el recinto ferial contó también con la charla de los expertos Zebina Hernández y Frank Martín, que abundaron en el maridaje de cervezas artesanas y quesos canarios. En el aula de formación de los Hoteles Escuela de Canarias (Hecansa), Martín recordó que con cuatro ingredientes básicos -agua, malta, lúpulo y levadura-, y tras un proceso de fermentación, se consiguen unos 150 estilos de cerveza, cuyas múltiples peculiaridades conducen a un sinfín de matices, que se pueden valorar, al igual que con el vino, mediante tres fases, visual, olfativa y gustativa.

Por su parte, Zebina Hernández valoró la relevancia del queso como producto local canario, como lo demuestra el hecho de que existen 3 denominaciones de origen protegida -majorero, palmero y de flor, los dos primeros de cabra y el último de Gran Canaria y de leche de oveja, a la que se añade cuajo de origen vegetal- y la extensa cabaña ganadera.

En el proceso de cata transmitieron al alumnado la importancia del olfato como primer paso de acercamiento al producto, para posteriormente acudir al equilibrio entre los sabores a la hora de percibir qué aportaba cada tipo de cerveza a cada variedad de queso.