Amianto, herbicidas, plaguicidas y otros elementos contaminantes vuelven a poblar la zona catalogada como paisaje protegido de Siete Lomas, en la comarca del Valle de Güímar. La situación genera un vertedero incontrolado de elementos considerados "altamente contaminantes" y se genera después de una exhaustiva labor de limpieza de la zona, llegando a eliminar 28 lugares en los que se almacenaban restos de todo tipo.

"No podemos continuar permitiendo estas prácticas", señala en su denuncia pública el Grupo Pronto Auxilio de Arafo, que documenta gráficamente el estado en que se encuentra este lugar singular de la comarca.

Además de contaminar el espacio por la tipología de restos depositados en el lugar, "con lo que conlleva", este colectivo recuerda que la recogida de estos residuos "la pagamos todos, pero la pérdida de biodiversidad no es recuperable", apostilla.

Al respecto, el Grupo Pronto Auxilio Arafo explica que, por ejemplo, el paisaje protegido de Siete Lomas es el hábitat natural del halcón de Tagarote. "Imaginen lo que estos productos fitosanitarios le pueden ocasionar, y como este ejemplo podríamos seguir contando".

"El punto limpio está más cerca", exponen, ya que el paisaje protegido de Siete Lomas es un paraje natural de 1.013,90 hectáreas alrededor de los municipios de Güímar, Candelaria y Arafo.

La zona está descrita como de carácter eminentemente agrario que ocupa una estrecha franja costera en la medianía del Valle de Güímar. Su característica principal es que la integran una serie de lomas separadas por barrancos, más o menos encajados, que se extienden de cumbre a mar.

"Dejemos estas prácticas y demostremos que somos una sociedad del siglo XXI", apostilla el Grupo Pronto Auxilio Arafo, que traslada a la sociedad de la comarca del Valle de Güímar su preocupación por un ejercicio "irresponsable e incívico", incidiendo en que el punto limpio se encuentra en el polígono industrial del sureste.