Las aves marinas son una de las especies más expuestas a los efectos que la actividad humana genera en su habitat natural. En Tenerife estos animales son unos de los más maltratados por la alteración del territorio y los efectos que la contaminación produce en ellos. Para conocer hasta qué punto están sufriendo los efectos de estas amenazas, SEO BirdLife, en colaboración con el Cabildo tinerfeño y las dos universidades canarias, ha impulsado el proyecto Náufragos, en el que patrullas voluntarias de inspección costera estudiarán cómo afectan todos estos factores a las poblaciones de aves del litoral de la Isla.

El delegado de esta organización en Canarias, Yarci Acosta, explica que estos grupos patrullarán por la costa de Tenerife para cuantificar el número de ejemplares fallecidos que llegan hasta ella, de los que se tratará de obtener información que permita identificar el motivo y la incidencia que estas amenazas han podido tener. Con un análisis en el laboratorio se buscará además la presencia de residuos plásticos en sus organismos y si estos han podido traspasarse a sus tejidos.

Acosta afirma que "las aves marinas son las que están más amenazadas por este tipo de problemas" y señala que en general "existe poca información sobre ellas porque debido a su ciclo de vida son difíciles de estudiar".

En Tenerife uno de los principales problemas a los que se enfrentan son "la contaminación por plásticos", que Acosta asegura que aunque se ha estudiado muy poco, la reducida información que se ha extraído apunta a que "puede ser muy grave". De hecho, indica que un estudio que analizó el contenido estomacal de las crías de pardelas en Canarias determinó que más del 80% de ellas tenía plástico en su cuerpo, antes incluso de salir del nido. Por eso, uno de los objetivos de este proyecto que ahora se inicia "es determinar hasta qué punto hay una transferencia a los tejidos".

Asimismo, estas aves se ven muy afectadas por la contaminación lumínica que las desorienta y también por la depredación de animales asilvestrados como gatos o incluso ratas. Además, Acosta señala que "el desarrollo turístico degrada su habitad" ya que normalmente coinciden con lugares idóneos para su nidificación.

El proyecto además llevará a cabo un censo del zarapito trinador, una de las aves marinas más frecuentes en la costa del Archipiélago. Este análisis tiene también el objetivo de determinar las condiciones del litoral tinerfeño, ya que la presencia de esta especie es un bioindicador del estado de la costa.

El colectivo realizó recientemente una presentación del proyecto en la Universidad de La Laguna con la intención de reclutar voluntarios que formen parte de esos grupos de inspección costera. Aunque la iniciativa va dirigida especialmente a los estudiantes de Biología, Acosta comenta que puede sumarse cualquier persona.

En un principio, los grupos de voluntarios comenzarán a trabajar este mes solo en Tenerife, pero el objetivo de la organización es trasladar la iniciativa también a otras islas del Archipiélago.