La jornada dominical del Plenilunio no fue, ni mucho menos, tan agitada como la del pasado sábado. SantaCruz de Tenerife “durmió” hasta tarde y solo cuando el reloj sobrepasó las doce del mediodía las calles volvieron a latir con relativa fuerza.

No con la intensidad del primer día, pero sí con una fuerza asociada a la actividad comercial de una zona que organizó talleres para los más pequeños de la casa, zonas de baile para los más resistentes y otras actividades familiares que estuvieron activas hasta primeras horas de la tarde. Plenilunio, una vez más, cambió el ritmo a la ciudad.