El CCN en San Miguel de Abona denuncia públicamente que la obra de limpieza de basura y lodo del Charco de Archiles, autorizada por el Servicio Periférico de Costas (permiso caducado en febrero), se ha convertido en un espacio para la extracción y transporte de árido (callao) durante los últimos cinco meses. "Desconocemos cuál ha sido el depósito y almacenamiento, así como la cantidad y cuál es su valor en el mercado", apuntó el exalcalde y portavoz del CCN, Valentín González Évora.

Esta formación apunta que "en el proyecto se habla de rasanteo de la berma de la playa, moviendo dentro de la playa unos 2.963,25 metros cúbicos de callaos" y, además, de "facilitar la renovación del agua del charco mediante el rasanteo de la berma de la playa. De ningún modo es eso lo que se ha ejecutado, pues lo que se ha hecho es abrir directamente el charco al mar, desapareciendo del panorama los callaos".

González Évora expuso que "lo cierto es que en la playa apenas quedan ya callaos" pero, además, se emplea maquinaria de cadenas no autorizada por Costas para esta obra. "El bombeo del agua se efectuará exclusivamente a la red municipal de saneamiento. Sin embargo, la extracción no se realizó así", señaló.

El CCN en San Miguel de Abona aseguró estar sorprendido de que "unas obras de esta magnitud tengan un presupuesto de solo 35.700 euros y que no dispongan de un estudio de impacto ambiental", aspecto éste en el que incidió González Évora al asegurar que la intervención en este punto del litoral sanmiguelero "ha generado consecuencias irreversibles desde el punto de vista ambiental".

El gobierno local optó ayer por mantener silencio.