Dice García que es "llamativo" que no haya más adaptaciones al cómic de las obras galdosianas, "con un gran potencial". Con su habitual modestia, José Pablo García confiesa no haber sido nunca "un erudito en la Historia" de nuestro país. Pero lo cierto es que, después de dos cómics sobre la Guerra Civil vista por Paul Preston y la adaptación de la novela de Javier Cercas Soldados de Salamina, ya es habitual. "Me avergüenza confesar que desconocía qué fue lo que originó el motín de Aranjuez, ni el papel que desempeñó Godoy permitiendo a las tropas que entrasen en España desde el año anterior. Nunca he sido un erudito en Historia, y en Bachillerato estudié este capítulo de pasada, lo justo para sacar nota en Selectividad", nos dice José Pablo. Así que, una vez más, la tarea de documentación e investigación, ha sido ingente.

El 2 de mayo es un encargo del Ayuntamiento de Madrid para el programa de quien es para muchos, por universalidad y aceptación popular, el novelista español más importante tras Miguel de Cervantes. Sin embargo, el cómic nunca le ha hecho demasiado caso. "Resulta llamativo que, exceptuando la Nela de Rayco Pulido, no se encuentren más casos de adaptaciones en el medio del cómic. Buñuel ya demostró en varias ocasiones el potencial visual que tenía su obra, pero leyendo los Episodios Nacionales no pensé tanto en él como en el tebeo franco-belga de aventuras, con su protagonista adolescente pegando brincos y su trama folletinesca", apunta.

El dibujante, desde luego, se lo ha pasado bien: "He disfrutado mucho con el sentido del humor de Galdós, con la caracterización y la forma de hablar de sus personajes, y me hace gracia haber empleado un estilo digamos que afrancesado para una historia tan antifrancesa como ésta".

El 2 de mayo tenía que haber sido publicado, claro, el 2 de mayo, pero García aprovechó la circunstancia: "Gracias a los meses de confinamiento, he podido darle un acabado con el mimo que la historia merecía. Es lo más parecido que he hecho hasta ahora a un tebeo de aventuras de toda la vida, y me siento incapaz, dentro de ese estilo de línea clara, de dibujar mejor sin acabar en el frenopático".

Estas 40 páginas demuestran las habilidades de José Pablo García a la hora de visualizar, sintetizar historias y acercarlas a nuevos públicos, como el escolar. "Me enorgullece, más que otra cosa. Es un honor poder colaborar con el sistema educativo de este país", comenta el autor.

Muchos lectores del firmante de que era también una pequeña enciclopedia de estilos gráficos, esperan que el malagueño regrese con un proyecto personal. Buenas noticias para ellos: "He aprendido a decir que no a varios trabajos alimenticios. Los tebeos hay que hacerlos con amor y, si ya desde el principio veo que no conecto emocionalmente con el tema, prefiero ni intentarlo. Cuando se trabaja con desgana luego el lector lo nota, y yo paso mucha vergüenza releyéndolo y encima traiciono al niño que soñaba con dedicarse a esto. Ahora el cuerpo me pide un cambio de tercio, algo que no requiera tanta documentación y disciplina y me permita mayor libertad gráfica. Tengo alguna idea vaga que sí que me gustaría desarrollar, pero lo que necesito es tiempo para ver si realmente llega a algún sitio o no". Le tiramos un poco más de la lengua y... "Me fascinan los primeros años de Telecinco y la llegada de la telebasura. Educación sentimental, claro. De un tiempo a esta parte está empezando a haber un revival de los 90 y me gustaría subirme al carro, qué demonios". Ya está tardando.