No me caso, no me caso, no me caso. Tres palabras repetidas tres veces sirven de puerta de acceso a Y la novia cerró la puerta, la última novela escrita por la israelí Ronit Matalon antes de fallecer a los 58 años en 2017. Merecedora de numerosos reconocimientos no industriales en su país, activista infatigable en la denuncia de la opresión palestina, Matalon se sirve de esa negativa, formulada el día mismo de la boda, para lanzar una historia que, atravesada por intensas ráfagas de comedia, sitúa en su punto de mira las convenciones sociales a la vez que desgrana retratos individuales que permiten comprender el mundo que las genera. Una sociedad instalada en la negación de la evidencia que, en estas páginas, enlaza con el frenesí de los familiares por resolver un contratiempo que solo el novio parece comprender. Una delicia con varias capas.