Las primeras páginas ya dejan en estado de shock al lector. El que se supone que es el único superviviente de la Tierra tras un ataque de insectos alienígenas sigue su rutina de la forma más resignada posible. Su deambular por edificios en ruinas y restos humanos de todo tipo aparece acompañado del fluir de su propia consciencia al modo de un monólogo existencialista sobre el sentido de la vida. De pronto, cuando el personaje logra la total complicidad del lector, resulta abatido por otros tres humanos que también se creen los únicos hombres en la Tierra y que lo confunden con uno de esos enemigos.

En La bella muerte los insectos del espacio infinito son los amos del planeta. ¿Qué sentido tiene resistirse? Esto es lo que se preguntan día tras día los protagonistas de esta devastadora invasión. Buscando un propósito y un destino que justifique su existencia en un mundo apocalíptico, los jóvenes no sospechan que forman parte de un plan mucho más amplio urdido por una antigua amiga.

Publicado originalmente en 2011, su autor es, ni más ni menos, que el gran Mathieu Bablet, creador de una de las sagas más fascinantes de la ciencia ficción como fue Shangri-La, una distopía sobre una colonia que orbita alrededor de un planeta Tierra que ya no es habitable y que ha marcado el género con toda una generación de autores que han seguido sus mismos pasos artísticos.

El propio autor, al final de la obra, confiesa que este título es un sueño de juventud ya que se trata de su primer trabajo importante, que realizó hace ya diez años y al que ha vuelto para darle los últimos retoques desde la madurez. Sin llegar a ofrecer esas panorámicas impresionantes sobre el espacio infinito que mostraba su obra magna, en esta ocasión, Bablet muestra un dibujo mucho más minucioso y detallista, con un especial interés en transmitir el caos arquitectónico en el que se mueven sus protagonistas paralelo a un caos mental sobre cómo afrontar la propia vida y cómo elegir el fin más apropiado, de ahí el título de la obra.

Curiosamente, y en este aspecto La bella muerte es todo un pionero, los propios alienígenas, por muy repugnantes que pudiera parecer su aspecto, también transmiten compasión en el lector, pues se mueven por un fin de preservar su especie similar al humano. Otro aspecto importante para destacar es que el autor va provocando un cambio gradual en el color predominante a razón del momento del día en el que se encuentren los protagonistas, provocando una obra gradual que contienen muchas más lecturas de las que puede parecer a simple vista. Sus tres personajes están ociosos, deprimidos, hambrientos € Necesitan un objetivo, aunque pase por el sacrificio. Incluso los insectos invasores experimentan esta necesidad, como si la asertividad fuera de la mano de la libertad.