Con el incremento de la temperatura en el planeta ha llegado para quedarse una filosofía de la arquitectura centrada en la eficiencia energética. Es una filosofía de vida y supervivencia. Por ahora son los sistemas pasivos los que dominan en el mercado porque se ajustan a las nuevas leyes y reducen el gasto en calefacción un 90% permitiendo una atmósfera interior saludable y una durabilidad de los edificios mayor, si los proyectos están bien diseñados y ejecutados.

La vuelta a los materiales ecológicos también es tendencia imparable. Son duraderos, reutilizables y menos nocivos para la salud, y se han fabricado y distribuido llevando a cabo actuaciones con un bajo impacto medio ambiental, al tiempo que tienen un origen natural.